En muchas ocasiones he oído hablar de la necesidad de crear “bancos malos”, pero hasta que Rajoy ha manifestado su intención de crear un banco malo no me había preocupado lo más mínimo por saber qué era eso de “banco malo”, cada vez que lo leía o lo escuchaba siempre me preguntaba: ¿Es que hay algún banco que sea bueno? Ahora, gracias a los medios de comunicación y en particular a la prensa escrita que siempre es más didáctica que los políticos a los que normalmente no solemos entender, lo que es bueno para ellos y malo para los ciudadanos, ahora me he enterado de que un “banco malo” es un banco al que las entidades financieras pueden trasladar los créditos inmobiliarios morosos, las viviendas y el suelo adjudicado por impago de préstamos y aquellos otros activos a cuya propiedad han accedido tras reclamar por la vía judicial el cobro de los correspondientes débitos. O sea, lo tengo claro, un “banco malo” es el que carga con toda la basura que generan los “bancos buenos”. Así de sencillo.
Sigo leyendo sobre lo que dice la prensa escrita de los “bancos malos” y me entero de lo siguiente: “Sea una unidad gestora o varias las destinatarias de los traspasos, habrá que proceder a continuación a la valoración de los bienes ya adjudicados y de los que respaldan a los créditos. Si una entidad los cediera al banco malo al mismo precio al que los tienen apuntados, el coste para las arcas del Estado sería muy elevado. Si como parece lógico, se procede a la transacción con un importante descuento, el banco o caja tendrá que contabilizar la diferencia como pérdida. Para llevar a cabo una valoración realista, lo lógico es diferenciar cada tipo de activo según sus características”. Ante esto queda la interrogante de si cuando el “banco bueno” traspasa el impago al “banco malo”, lógicamente, así debe ser, con el traspaso del impago se produce también el del bien de que se trate, no llevará parejo el hecho de que el deudor desahuciado tenga que seguir pagando al “banco bueno” como se está haciendo en la actualidad y por el contrario lo tenga que hacer en favor del “banco malo” sin que el hecho de la dación signifique la cancelación de la deuda y el desahuciado no tenga que seguir pagando después de haber sido puesto en la calle. Si esto no es así se va a dar lo mismo de siempre que el “banco bueno” sale mejor parado y el sujeto objeto del impago de la hipoteca o préstamo va a seguir como siempre: En la calle y encima pagando.
Creo que esto del “banco malo”, de llevarse a efecto debería tener como objetivo principal el que el “banco bueno” cobre y que el deudor no tenga que verse en la calle y encima tener que seguir pagando eso sería desterrar una situación de injusticia como se viene produciendo en la actualidad, pero si lo que Rajoy pretende es solamente es crear un “vertedero” donde los “bancos buenos” puedan depositar su basura sin que les cueste un céntimo, para eso lo mejor es dejar las cosas como están.
PASCUAL MOGICA COSTA