EL CRISOL – Pascual Mogica Costa
Menos mal que dentro de la gravedad y el serio tratamiento que merece cualquier cuestión relacionada con el caso GÁ¼rtel, surge alguna nota de humor, el humor que no falte.
Manuel Fraga, ha dicho aquello tan gracioso de: “A mí que me registren” lo cual no deja de ser un rasgo de humor que siempre es de agradecer. Pero la frase de Fraga no alcanza la alta nota humorística que merece la lanzada por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, la heroína de Bombay, por cierto hay una cosa que me intriga y que me la planteo muy a menudo y esta no es otra que ¿porqué salió corriendo Aguirre, de Bombay con pantis y apareció en Madrid sin pantis y con calcetines? ¿Qué ocurrió para que tuviera que cambiar los pantis por unos calcetines? Eso será difícil de saber pues me temo que ello pueda pertenecer a la intimidad de la presidenta y hasta a cuestiones de tipo fisiológico. Pero me estoy apartando de lo que realmente quiero comentar y no es otra que las palabras pronunciadas por Aguirre, a través de las cuales nos ha transmitido a los españoles lo siguiente: “Me siento muy satisfecha de haber sido yo la causante de que GÁ¼rtel se destapara”. Hombre yo más bien diría que más que destapar lo que hizo fue tapar, ya que lo lógico hubiera sido que al igual que lo hizo el ex concejal de Majadahonda, José Luis Peñas, del PP, dando parte a la Justicia de lo que estaba ocurriendo ella debería haber hecho lo mismo, pero no lo hizo y eso tiene un adjetivo a aplicar a la presidenta: Encubridora.
Pero claro, estas actitudes, la de Fraga y la de Aguirre, tienen su explicación, al barco del PP le han dado en toda la línea de flotación y el boquete que este caso ha abierto en su casco es mortal de necesidad, de ahí que se haya lanzado el grito de: ¡¡¡Todo el mundo a los botes, el barco se hunde!!! ¡¡¡Los ancianos y las mujeres primero!!! ¡¡¡Sálvese quien pueda!!! La vía de agua es importante y es normal que se produzcan escenas de pánico y que todos intenten salvarse agarrándose a lo que pueden, si es que hay algo donde agarrarse, para evitar hundirse con el barco, porque los puntos de agarre más bien queman.
No obstante lo dicho, es de celebrar que haya gente que ante situaciones graves, más bien desesperadas, conserven el sentido del humor y digan cosas tan graciosas como las dichas por Fraga y Aguirre.