Sí, pienso que sólo se les puede denominar así a los políticos que manejan España y a los que de ninguna de las maneras podemos denominar “nuestros”; puesto que ellos van a lo suyo y España y los españoles no les importamos nada o menos que nada. Y lo hemos visto en ese remedo de enfrentamiento parlamentario celebrado en las Cortes, el pasado 17 de febrero, donde se enfrentaron (es un decir) los dos jefes principales y que de líderes tienen lo que yo de pope ortodoxo griego.
Lo escribí el pasado año y lo mantengo; ni tenemos gobierno ni tenemos oposición y en ese debate “de floreo” lo he comprobado de nuevo.
Palabras al viento, echarse las culpas los unos a los otros, marear la perdiz como muy bien se dice en España y “vengan días y vengan ollas”, que llegue fin de mes y a cobrar de nuevo. Mientras al coche oficial, a los buenos restaurantes (algunos con “criados” dentro de casa) a pisar alfombras constantemente y a que los lleven “en andas”, para que los vitoreen los suyos… el pueblo español está ausente, aislado, cada vez más empobrecido y sin ilusión ninguna y estos inútiles, no quieren verlo y menos tomar medidas ejemplares y que marquen pautas y sirvan como un reactivo positivo que ponga en marcha la máquina de nuevo. Tristemente ni hacen ni dejan hacer.
Imagine usted que me lee, a un oponente al gobierno de España y que plenamente consciente de la realidad actual, se decidiera a dar un discurso comprometiéndose y comprometiendo a toda España y dijera cosas así.
¡Señor Rodríguez Zapatero, vamos a dejarnos de cataplasmas y absurdos y vamos a coger al toro por los cuernos e invitar a todos los españoles que igualmente lo hagan! ¡Vamos a tomar medidas contundentes y que son las que hay que tomar!
Propongo en este Parlamento Nacional cuanto sigue: Primero y para dar ejemplo a todos los demás; que nos rebajemos o reduzcamos nuestros ingresos como políticos un veinte por ciento. Ello se iniciará empezando con el presupuesto del rey y su casa, el del palacio presidencial que usted ahora habita, el de todos y cada uno de los parlamentarios nacionales, senadores, parlamentarios autonómicos, provinciales, municipales y así hasta llegar al menor de los emolumentos que oficialmente cobre cualquier cargo político, en el más modesto de los municipios españoles.
En igual cuantía, o sea en reducción del veinte por ciento, serán reducidas todas las demás prebendas o ingresos oficiales, a saber: dietas y cualquier otro ingreso que por cargos políticos, reciban estos.
Vamos a reducir los coches oficiales en un cincuenta por ciento (o más) y reservar los mismos para aquellos cargos de tal relevancia que ello sea imprescindible; el resto que emplee sus propios vehículos o el servicio público de transportes.
Vamos y como ya ha hecho Irlanda y Grecia, a reducir un diez por ciento, todos los sueldos de los empleados oficiales o funcionarios; congelando la plantilla por los próximos tres años (en principio) y haciendo una revisión exhaustiva para reducir el aparato oficial, puesto que tenemos excesivo empleo público y esa carga hay que aligerarla. Hay que dejar cuanto más dinero libre y en manos del contribuyente, que sabe emplear mucho mejor ese dinero y por la cuenta que le trae.
Con todo lo que estas reformas aporten de dinero efectivo, se hará un fondo que en principio irá dedicado a préstamos al pequeño empresario, sobre todo a los autónomos productivos, “que están desapareciendo a cientos de miles” y que no se olvide ello… son el pequeño y mediano empresario, el principal sostén social y económico de España y los que más empleo han creado y mantenido a lo largo de muchas décadas.
Igualmente se creará un fondo con la rapidez necesaria y cuantía, para que todos esos pequeños y medianos empresarios, cobren las deudas que el aparato oficial de España, les tiene retenidas y que a muchos los ha llevado a la ruina y a algunos hasta el suicidio. ¿No ven ustedes o sus consortes la enorme cantidad de negocios que se cierran cada día, sencillamente por que ya no pueden aguantar más?
Vamos a estudiar todos los impuestos, rebajar sus importes lo máximo, suprimir algunos de ellos y por los motivos antes dichos.
Vamos a pactar con los sindicatos, si no se puede implantar por ley; el que todos los convenios queden congelados hasta que de verdad la economía permita otra cosa.
Vamos a revisar el desastre de las autonomías y vamos a regular todo ello, para que no ocurra lo que está ocurriendo y que usted sabe como yo y al igual que todos los españoles; que no se puede seguir con tanto derroche y malgasto de dinero público.
Y en definitiva señor Rodríguez Zapatero… vamos a trabajar de verdad por España, que seguro que los españoles cuando ello lo vean y como siempre… van a trabajar mucho más y mejor que nosotros… ¡He dicho!
Como contrapartida y volviendo a la realidad del expolio a que estamos siendo sometidos; el mismo día que escribo este artículo, aparece en prensa lo que copio abajo.
La Organización Profesional de Inspectores de Hacienda del Estado (IHE) criticó hoy que la Agencia Tributaria les haya exigido mejorar en un 15% sus objetivos de este año con la única intención de recaudar más, lo que obligará a un «trabajo precipitado y de escasa profundidad investigadora». (El confidencial 18-02-2010)… “Que cada cual comente lo que quiera, hay para hincharse”.