EL CRISOL – Pascual Mogica Costa
No creo que el hecho de que hayan transcendido documentos más o menos secretos de los distintos gobiernos de la Estados Unidos de Norteamérica gracias a Wikileaks refiriéndose al ex presidente José María Aznar y al aspirante Mariano Rajoy nos hayan podido dar nuevos datos sobre el perfil de ambos.
La verdad es que a los españoles no nos ha sorprendido que Aznar dijera en 2007: “Si veo a España desesperada, quizás tendría que volver a la política”. A quien puede venirle de nuevas que Aznar es un fatuo narcisista y prepotente. Absolutamente a nadie. Tampoco es nada novedoso el que se haya desvelado que a Rajoy no lo quieren ni en su propio partido, ni tan siquiera aquellos más próximos a él. Los españoles ya tenemos más que visto el carisma y el grado de aceptación de Rajoy en los encuestas. ¿Quién puede darle el más mínimo crédito a Rajoy si con la que le está cayendo al actual presidente del Gobierno, este aún le supera este en las encuestas?
Tampoco nos debe sorprender el que el “chivato” Wikileaks, nos cuente que Francisco Camps, podría ocupar el puesto de Rajoy. ¡Vaya novedad! Camps o cualquier otro. No hace falta ser ningún portento para sustituir a Rajoy.
Actitudes, las de Rajoy, tales como la de criticar al Gobierno pretendiendo adjudicarle la culpa de los últimos sucesos protagonizados por los controladores aéreos al Gobierno de Zapatero nos da la medida exacta de hasta dónde llega el personaje. Sobre esta prueba de chantaje y sabotaje llevada a efecto por estos privilegiados ha dicho Rajoy que el Gobierno ha utilizado un mal momento para ponerlos en su sitio, es decir: le teme a los controladores, sin embargo no cesa de incordiar a la hora de pretender que el Ejecutivo presidido por Zapatero tenga un enfrentamiento con Marruecos del cual se pueden derivar consecuencias nefastas para los intereses de España y por tanto de los españoles. Y este es el que dice que quiere ayudar lo que hace que todos recordemos aquello que dice: “Si buscas una mano dispuesta ayudarte…la encontrará al final de tu brazo”.