Me inspira este artículo la carta de los Premios Nóbel de la Paz y que firman en 2009; entre los que no está Obama, puesto que la carta es anterior a su nombramiento y por otra parte no creo la hubiese firmado, «por las guerras que mantiene y fomenta».
La citada carta se escribe bajo el enunciado de «Carta para un mundo sin violencia» y la pueden ver y leer en la dirección siguiente: http://www.theworldmarch.org/index.php?lang=esp&secc=carta
En la misma se suscriben una cantidad de buenas intenciones, encomiables y parecidas a las que tantas veces y desde múltiples orígenes, se han dirigido a la opinión pública; pero que no logran nunca nada o apenas nada, puesto que la realidad de este «perro mundo» es una y muy terrible… y está ya tan anquilosada, que yo dudo que se pueda salir de ese anquilosamiento por simples llamadas de mentes más o menos claras, pero que en realidad son unos impotentes como el resto de la humanidad.
Regenerar la humanidad y llevarla hacia horizontes muchísimo más civilizados; menos egoístas y de verdad más avanzados en un progreso verdaderamente humano; es algo impensable, visto la historia del hombre y sus comportamientos actuales, que salvo «en la mecánica y la técnica»; son similares a los de hace milenios.
O sea, obran igual que obraron las primeras bandas de bandidos depredadores y que en vez de ponerse a trabajar y crear su propia prosperidad; se dedicaron al robo, al saqueo y a poner a trabajar a todos los grupos o tribus que pudieron sojuzgar. Veamos.
Consideremos que ya está dicho todo, pero… «los peros son enormes»; puesto que aparte del egoísmo de los que dirigen y se benefician de todos esos enormes tinglados para la guerra, y el consiguiente expolio de los que sean (todas las guerras se hicieron y se hacen para apropiarse de algo o defender determinados derechos adquiridos por la fuerza). Pero es que aparte de esos dirigentes y que no arriesgan nada, y se llevan «la tajada del león»… están las masas que intervienen Y VIVEN PRECISAMENTE DE ELLO.
Por ello… por todo ello, cómo desmontar todo el inmenso aparato montado y transformarlo de destructivo a constructivo y luego encontrar una buena administración que reparta con equidad los bienes y que estos lleguen equitativa o proporcionalmente a todos los habitantes de este desgraciado planeta. Señalo a continuación sólo el armamento y pertrechos para la guerra; pero hay mucho más y que dejo a otros lo señalen.
¿CUÁNTAS FÁBRICAS HABRÁA QUE CERRAR o transformar, CUANTOS MILLONES DE HOMBRES QUE TRABAJAN EN ELLAS QUEDARÁAN PARADOS, CUÁNTOS MILLONES DE MILITARES QUE VIVEN DE ELLO QUEDARÁAN INACTIVOS? ¿ y qué ocasionaría todo ello de nuevas desestabilizaciones?
Ese es para mí el problema enorme; o sea que hay montado un tinglado tan enorme y tan nefasto Y DE ÁMBITO MUNDIAL, que desmontarlo O TRANSFORMARLO ES UNA OBRA INMENSA Y NI SE HA INICIADO… todo ello necesita de mucho diálogo, paciencia, calma; pero hay que ponerlo en marcha. ¿CÁMO? De momento planteándolo y buscando TRANSFORMACIONES LÁGICAS Y BENEFICIOSAS PARA EL CONJUNTO.
Pero ya digo, si todo ello no se inicia desde «los puntos donde está la fuerza»; el resto; sean premios Nóbel o sean cultivadores de arroz o mandioca; no tenemos nada que hacer; estamos como estuvimos siempre, totalmente indefensos ante el poder que pretendemos se regenere y que es obvio, no se regenerará salvo que una catástrofe inimaginable los obligue a reconsiderar tanto malgasto inútil simplemente para destruir cada vez más y terminar devastando a todo o a gran parte del planeta.