Hace más de treinta años, ya escribía (yo) sobre… “el infierno de las grandes ciudades” y en mis libros y artículos (que pueden leer en mi Web) están esos testimonios; pero las grandes ciudades siguieron creciendo y la población mundial igualmente; en estos días que escribo un amigo me envía un documental, con estampas y cifras que ya horrorizan… puesto que “todo tiene un límite”… y el aumento de la población lo tendrá antes o después… o “el termitero humano”, terminará por destruir su propio hábitat y con él se destruirá a sí mismo y en una reacción en cadena, que mejor no imaginar siquiera. O mejor imaginarla ahora y ponerle remedio.
Por los datos que recibo y que son abrumadores; resulta que hoy China tiene la misma población que todo el planeta tenía en 1939 (72 años sólo… piensen por favor); que la capital de México, tiene en su perímetro urbano, los mismos habitantes que toda esa nación tenía en el mismo año citado, o sea en 1939… que Tokio y su perímetro urbano, cuenta ya con casi cuarenta millones de habitantes; siendo la “ciudad” (si es que en esas magnitudes ya se puede hablar de ciudad civilizada) más poblada de todo el planeta; donde igualmente hay una docena de monstruosas ciudades, todas ellas rebasando los diez millones de habitantes.
Se dejan por enumerar a otras muchas ciudades (puesto que sólo se reflejan doce); pero y por ejemplo, Moscú pasa ya de los diez millones de habitantes; no se dan datos de Londres, París, Estambul, El Cairo y tantas otras “horribles” aglomeraciones, que dejo al lector las enumere, puesto que hay muchos y grandes termiteros humanos a lo largo y ancho de todo el mundo; el fenómeno o enfermedad ha sido muy contagiosa.
Por el contrario, las zonas rurales, van “muriendo”; puesto que a sus habitantes los obligan las necesidades (algunas también la ambición) a emigrar a “la gran ciudad”… “o al gran infierno”, donde pretenden mejorar y vivir… si eso es vivir y mejorar, que yo lo dudo; puesto que en la gran ciudad, se vive ya con un nuevo tipo de esclavitud y donde el simple traslado desde donde se vive (o vegeta) hasta el puesto de trabajo (aquel que ya lo tiene) puede suponer en sí mismo… “otra jornada de trabajo, por la que no se cobra y sin embargo se sufre y se llega hasta la autodestrucción anímica”.
El documental muestra autopistas llenas de vehículos, pero de una anchura in imaginada, puesto que cuento en una de ellas… ¡¡Veinte carriles!! Y a los que hay que sumar, las aglomeradas arterias que “la auxilian” y que igualmente aparecen en la panorámica que ofrece dicha película. Playas donde… “yo pagaría por no ir a bañarme puesto que aquello parece algo parecido a un mosquerío en un muladar pestilente”… edificios donde quizá, las abejas en sus “hexágonos” viven mucho más holgadas que los desgraciados humanos que allí habitan; lo mismo digo de las inteligentes termitas, que van ampliando su termitero a tenor con sus necesidades, pero dotándolo de unas comodidades y resistencia, que aún ni ha logrado el “muy inteligente homo sapiens”.
En estos horribles “termiteros humanos” (enormes edificios cuadriculados y altísimos) los que allí viven… y que lo hacen (seguro) en la soledad más horrible y dentro de esos nichos; más parecidos a los de un cementerio de España, que a algo que recuerde una habitación humana… es inimaginable la situación estresante que todo ello producirá en esos pobres seres que por lo que sea, decidieron ir a vivir allí… o allí nacieron y no pueden hacer otra cosa.
Curioso, tremendo y horrible es el que por ejemplo… “en el mayor termitero de este planeta”, cual es hoy el modernísimo y avanzadísimo Japón… es dónde más gente (al parecer) se suicida; llegándose al extremo que en la juventud, que se supone es la época de más ilusiones, más pujanza y más deseos de hacer “un mundo mejor”… se llegan a poner de acuerdo varios jóvenes y… “se suicidan en esa especie de sociedad limitada y en la que por unanimidad acordaron el suicidio conjunto”.
Yo no sé… “los que dicen dirigir al mundo” (políticos, religiosos, banqueros, especuladores y “otros”) qué están pensando sobre esto, puesto que desconozco el que alguno de ellos se preocupe por este problema (que lo es y grande) y de paso apunte algunas soluciones, convoque congresos de “inteligentes” y traten de ir eliminado este gran cáncer del planeta… puesto que cáncer es el… “aumento descontrolado de células, aunque en este caso sea humanas, pero que se han deshumanizado”. Y a lo que hay que incluir la polución (envenenamiento) incontrolable en “la tierra, mar y aire”.
En el documental se aboga por ciudades de no más de quinientos mil habitantes… yo que vivo en una que en la actualidad cuenta con sólo 117.000 (Jaén) ya digo que es excesiva y que no debiera crecer más… y por hablar de algunas conocidas y que son andaluzas como la mía… Córdoba, Granada y Málaga… ya no merece ni el ir a visitarlas, por cuanto las aglomeraciones y el crecimiento de las mismas, ya les ha quitado el encanto que alguna vez tuvieron como verdaderas ciudades cosmopolitas y agradables de visitar… pero la especulación feroz, soportada para que algunos hicieran capitales inmensos, provocó lo que ahora no es posible arreglar… pero lo peor de todo es que… “el cáncer sigue creciendo… y ya se sabe que un cáncer si no se extirpa o cura, acaba con cualquier cuerpo vivo”… y en este caso el cuerpo vivo es EL PLANETA.