Me impactó tanto esta frase que lo dice todo y se la he copiado a Don Eugenio Trías, de su magnífico artículo publicado en «la tercera» del ABC del 07-10-2009 y que como otras muchas, este periódico y con toda la responsabilidad que corresponde a un diario nacional, lleva tiempo publicando bajo la llamada que denomina; «Por el gran pacto educativo en España». Y sí el Sr. Trías lleva más que razón, puesto que todas las calamidades de España (también de otros muchos países) vienen de esa matriz ineludible: la educación y formación integral de los hombres y mujeres que conforman una nación y en conjunción con otras naciones que de verdad quieran avanzar.
Pero ¿por qué no se educó y formó a las masas nunca? Sencillo y terrible; no les interesó ni les interesa a los gobernantes; generalmente bastante incultos, cuando no brutos o salvajes y por tanto, a sus mermados o nulos «caletres» no les cuadra lo de tener que soportar sus muchas carencias ante una población verdaderamente educada y formada, a la que precisamente por ello mismo no se la podría gobernar con la brutal y asquerosa demagogia con que ahora y como siempre se han gobernado a los pueblos.
Al inteligente y cultivado, le tienes que convencer demostrándole y bien demostrado el por qué de las cosas puesto que la mentira no les convencería. Y es precisamente con lo que se gobierna al mundo, con la mentira (FranÁ§ois Revel en su obra «El conocimiento inútil»).
Pero la realidad es que el ser humano nacimos para ser libres y todo lo que sea ir en contra de esa ley natural y que procede de «los dioses», es nefasto para la sociedad en general, puesto que el ser humano, a medida que va avanzando en esa libertad, suele ser más generoso y por tanto y sin que nadie se lo indique, va pasando a estar al servicio de la sociedad donde se realiza y allí revertirá todos sus saberes en beneficio de la sociedad a la que pertenece y aún a otras más lejanas, depende del grado de formación que llegue a desarrollar, que como todo lo grande cuesta un gran esfuerzo.
Conviene aclarar que la libertad, no es lo que la masa entiende como tal y menos lo que preconizan los demagogos. Yo la definí en un poema como, «estar en una gran cárcel»; puesto que mientras más libre es el individuo, mucho más control tiene que ejercer por sí mismo, puesto que a mayor libertad tenemos mucha mayor responsabilidad. Y de esto hablar hoy puede ocasionar hasta que te apedreen.
Y antes he dicho esfuerzo por que, la mayoría de los habitantes de un pueblo no están dispuestos a realizar. Y no lo están por cuanto «el penar y deducir» (base de todo verdadero progreso) no les atrae, posiblemente por cuanto estas dos palabras, definen perfectamente el trabajo más duro a realizar por el ser humano. Y como «estos trabajos» y en general, suelen estar muy mal pagados, cuando no despreciados… o peor aún perseguidos; el resultado es el que vemos hoy mismo, o sea el embrutecimiento general y que lleva a las múltiples situaciones de fracaso y desastres, que podemos significar con pocas palabras… «indiferencia, burla, desprecio, delincuencia y hasta el asesinato».
Curiosamente en España (en otros países también) hemos tenido, nada menos que medio siglo o más, de una prosperidad acumulativa y ello se ha visto principalmente «en lo material»; la población ha tenido dinero para todo lo que le ha apetecido, pero poco (o muy pocos) han dedicado tan enorme poder adquisitivo para formarse intelectualmente a un grado digno de mención y se han conformado con lo que yo sintetizo con las palabras… «panza y bolsillo»; o dicho con palabras más «finas»: «tener más que ser».
Y ello lo confirman los datos internacionales que se asignan a España y otros países, en los que se afirma que la enseñanza ha retrocedido varias décadas y que incluso en las universidades no enseñan «universidades». La enseñanza como mucho se ha dirigido a formar «Técnicos robots y encaminarlos a sólo panza y bolsillo»; o sea lo que hace muchas décadas sintetizara un autor que lamento no recordar, en un inmortal chiste y viñeta; donde un personaje de «alto copete», dice a su pequeño vástago con toda solemnidad… «Hijo mío estudia… para que la sociedad te sea útil»; lo publicó la revista satírica La Codorniz y en tiempos de Franco, que había que «echarle bemoles». Hoy la decadencia es tal que hasta el fino e inteligente humor español, ha desaparecido; apenas vemos y leemos sólo bazofia. ¿No han notado que apenas hay hoy algún humorista digno de tal nombre? Ese es para mí uno de los mayores signos de la gran decadencia intelectual de hoy.