Ricardo Martinelli ha sido investido presidente de la República de Panamá. Enhorabuena. Como diría Charles de Gaulle “ahora toca gobernar”. El país que recibe, como siempre, es un hervidero de caos, de pobreza y de necesidades básicas no satisfechas por ningún mandatario. Panamá se vuelve a ilusionar frente a un mar de promesas que veremos cuanto tiempo tarda en cumplir. Esperamos que no tarde toda la legislatura.
Uno de los grandes retos será la estúpida posible incorporación del INAC a la ATP (Autoridad de Turismo). Los artistas panameños se reunirán el próximo día 9 de julio en la Biblioteca Nacional para tratar el tema de la Cultura en Panamá y de sus conclusiones debe salir, si es inteligente el Presidente de la República, un plan de trabajo para lanzar la cultura panameña.
En la foto que vemos los honorables Diputados se visten de blanco para escenificar la transparencia de la ley o la paz que debe reinar entre partidos que representan a un pueblo libre, soberano, que elige a sus representantes. Esperamos también que dure mucho ese blanco tantas veces mancillado por políticos corruptos.
Panamá y los panameños, allí donde estemos esperamos que las cosas comiencen a ir mejor, que la pobreza sea erradicada, que los ciudadanos tengan un trabajo y prestaciones sociales dignas, que la Cultura no se esconda detrás del Turismo y que Panamá sea más conocido como sociedad y no sólo como un Canal y un montón de opciones de negocio. Panamá es mucho más que todo eso y necesita ser gobernada por alguien con visión de estado y con visión de futuro. El pueblo ha confiado en Ricardo Martinelli y deseamos que no se equivoque. Mañana, pasados los fastos, habrá que ponerse manos a la obra. En la calle se respiran nuevos aires de esperanza que no han de defraudarse. Ya lo cantaba el ya ex flamante ministro de turismo, Rubén Blades en su canción “Pablo Pueblo”:
“Pablo Pueblo, llega hasta el zaguán oscuro/ Y vuelve a ver las paredes /Con las viejas papeletas/Que prometían futuros en lides politiqueras/ Y en su cara se dibuja / la decepción de la espera”.
El deseo de todos es que “Pablo Pueblo” no sufra esa decepción de siempre una vez más. El deseo de todos los panameños es que por fin despeguemos hacia la meta de ser una sociedad civil, madura y a la altura de los nuevos retos de la modernidad. Eso lo conseguiremos todos poniendo de nuestra parte y no perdiéndole ojo a la gestión presidencial. Porque es responsabilidad del pueblo velar la confianza que ha depositado en el que gobierna sino lo hace será manipulado y derrotado. Y eso, no nos volverá a suceder. ¡Felicidades Presidente!