Economía

Las expectativas

¡Ay, las expectativas! Esas percepciones de la realidad, unas veces adaptativas, otras racionales, pero siempre subjetivas, que dirigen nuestros actos como agentes económicos, y vuelven locos a nuestros políticos.

Unos, los que ostentan el poder del gobierno, luchan por convencernos de que la situación no es tan catastrófica como parece, para que mantengamos el tipo, sigamos consumiendo, mantengamos nuestras inversiones, y logremos, así, sacar a nuestro país de la crisis.

Otros, los que sueñan con el poder, se afanan en enseñarnos cifras, datos y tendencias, para que nos demos cuenta del agujero negro económico en el que nos encontramos, y del que sólo ellos nos pueden sacar, para que, así, dejemos de consumir, recuperemos nuestras inversiones, y logremos, así, hundir a nuestro país aún más en la crisis.

Porque las expectativas son las que dirigen la decisión del ciudadano. Una expectativa de futuro prometedor agiliza el consumo y dinamiza la economía, por el contrario, una expectativa de futuro negativa fomenta el ahorro, retrayendo el consumo y, por tanto, estancando la economía.

Las expectativas pueden ser adaptativas o racionales. Las primeras se fundamentan en el pasado, y con ellas el ciudadano va adaptando sus decisiones a lo que ha venido pasando en los últimos tiempos. Las segundas se rigen por los datos y las cifras, buscando las tendencias en el futuro para tomar las mejores decisiones.

¡Ay, las expectativas! Todos los políticos luchan por dominarlas porque saben de su importancia económica.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.