Sociopolítica

Garzonerías

“La moza y el garzón –las cabras ramoneando y los puercos hozando– se perdieron, montarral abajo, en busca del áspero y saludable nido de hacer las cochinadas”. La cita es del Viaje andaluz de Cela y muy anterior a la última garzonería de cierto juez de universal renombre. Parece, sin embargo, descripción bastante exacta de lo que ese garÁ§on quiere hacer. Sobra la moza, que lo esperará –si la tiene- en su garÁ§onniÁ¨re, pero las fosas comunes de la guerra civil suelen estar en el monte, entre ellas triscan las cabras y los cabritos o buscan sustento los animales de bellota, y cochinada, aunque no saludable, por serlo de necrofilia, parecerá a media España la intentona de reabrir lo que los sayones del Caudillo llamaban Causa general. El juez en cuestión se cree Jesús de Galilea, pero no el de los evangelios, sino el de la Segunda Venida, que reaparecerá el día del Fin de los Tiempos con la balanza de Osiris en la mano zurda para impartir justicia universal así a los vivos como a los muertos. Quienes pelearon a las órdenes de Stalin se sentarán entonces a la diestra de Zapatero y quienes lo hicieron en las filas de Franco serán definitivamente arrojados a otra fosa común: la de las tinieblas infernales. La megalomanía, ¿es falta o es delito? Si lo segundo, ¿por qué no se autodenuncia, se autoinvestiga y se autojuzga el juez al que me refiero? Entraría así en el Guinness, lo que aliviaría el mono de su afán de notoriedad. También podría figurar en él por ser ejemplo de juez que se enfrenta a las leyes. No nos vendría mal a los españoles tener en ese libro a otro plusmarquista ahora que el Financial Times nos califica de pigs, y acierta, porque hozar en el fango –son sus palabras– es lo que pretende la iniciativa a la que apunto y contra la que disparo. ¿Quousque tandem, Garzo, abutere patientia nostra? ¿Hasta dónde y cuándo quieres remontarte, oh doctísimo Kalíkatres de nuestra Audiencia Nacional? ¿Nacional? ¡Qué digo! Será Republicana. ¿Por qué, ya metidos en gastos, no abres diligencias contra Ditalcón, Aulaces y Minuro, que traicionaron a Viriato, aquel Durruti de Ibarra, y lo entregaron a Roma? Zapatero sí paga a traidores. Seguro que los de la Memoria Histórica localizan la sepultura. Señoría: esto es una epístola moral, y moral es la autoridad con que la escribo, pues soy huérfano de guerra, mataron a mi padre los de Franco, no los suyos de usted, precisamente en los días a los que sus pesquisas hacen referencia, he dedicado diez años de mi vida y una novela de setecientas páginas a investigar lo sucedido y, sin embargo, le pido por favor, en nombre de mi padre, y en el de todos los caídos en los dos bandos de aquella guerra inicua, que no se meta en eso, porque no es asunto suyo, ni de nadie ya, por suerte, a estas alturas. No hoce en nidos ajenos. Permita, como dijo Jesús, en usted reencarnado, que los muertos entierren a sus muertos. No haga vudú, no los convierta en zombis. Los mató la guerra. Sea usted justo. Tienen derecho a descansar en paz.

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.