Economía

Las verdades sobre el plan de Bush

No salgo de mi asombro más absoluto cuando escucho a los voceros del liberalismo económico cantar las bondades del plan intervencionista que han planeado los asesores económicos del presidente estadounidense George W. Bush.

No llego a comprender como aquellos que defienden la libertad de acción de las empresas y la no acción del Estado como el ideal económico y el único motor factible del desarrollo económico, cambian de discurso a la menor tempestad.

No puedo soportar que esos mismos voceros, cantores desafinados de la verdad económica, nos digan que el plan de Bush es un plan de calado socialista, afirmación que además de falaz es absolutamente perniciosa.

El plan propuesto por el gobierno estadounidense está ideado bajo la premisa de ayudar, única y exclusivamente, a las entidades financieras con problemas. La inyección económica presupuestada iría directamente a las cuentas de estas entidades, que salvarían así la difícil situación a la que se están enfrentado.

El ciudadano medio, el ciudadano cuyo dinero está siendo utilizado para salvar a los gigantes financieros, seguiría estando en la misma situación. Aquellos que no pueden hacer frente a sus hipotecas se seguirán quedando sin sus viviendas, y aquellos que consiguen hacerlo lo harán bajo el mismo tipo de interés y con el mismo sufrimiento.

Por tanto, los únicos agentes económicos que se benefician son las entidades financieras y en ningún caso, el pueblo. Si éso es una medida socialista, ¡qué venga Dios, o quien sea, y lo vea!

¿Qué sería una medida socialista?

Un ejemplo de medida socialista y que repercutiría de manera positiva en los mercados internacionales sería la reducción impositiva general, representada por una disminución de los porcentajes a aplicar en el Impuesto sobre la Renta, acompañada con una fuerte inversión en la retribución por desempleo.

Intentaré explicarme.

La crisis financiera actual viene ocasionada, en gran parte, porque las entidades de crédito concedieron hipotecas a ciudadanos que ahora no pueden devolverlas, por lo que estas entidades se encuentran sin liquidez y con unos activos que se han devaluado enormemente, debido al incremento de los tipos de interés, ocasionado por el aumento de la inflación, cuyo origen viene dado en la escalada del precio del petróleo y de los cereales. En pocas palabras, las entidades financieras están en crisis porque los ciudadanos no pueden pagar sus créditos hipotecarios.

Si se produjera una reducción importante del Impuesto sobre la Renta, los ciudadanos verían como sus ingresos aumentarian de manera notable, con lo que podrían llegar a hacer frente a sus pagos, y aquellos que perdieron su empleo podrían, también, hacer frente a sus deudas gracias al subsidio de desempleo que el Gobierno estaría implantando.

Por consiguiente, tendríamos ciudadanos que pagan sus deudas. Éllo repercutiría en entidades financieras solventes, porque su índice de impagados no se habría disparado. ¡Ya está! Sistema financiero internacional salvado.

El único problema sería el elevado coste que significaría para el Estado, en términos de reducción de ingresos por la reducción del Impuesto sobre la Renta y de incremento del gasto en subsidio de desempleo. Pero este coste no tendría que ser superior al coste de el plan que ahora nos están planteando.

Y, sí, este sí sería un plan socialista.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.