Economía

Cuestión de confianza (¿por qué el Euribor no desciende todo lo que debería?)

El Euribor se ha situado en el 3.6%, un porcentaje que no conocía desde hace más de dos años, lo cuál es una nota de alegría para todos los hipotecados de este país que ven como en su próxima revisión notarán una reducción en su cuota.

Sin embargo, se trata de una buena noticia a medias, porque la caída hasta este 3.6% se antoja escasa ante el gran descenso de tipos de interés que lleva fijando el Banco Central Europeo desde principios del mes de octubre.

Desde el 8 de octubre, fecha en la que el BCE realizó su primer descenso en los tipos de la zona euro, éstos se han visto reducido en 1.75 puntos porcentuales, cifras a las que no se ha acercado el Euribor.

El problema radica en que los bancos privados no están trasladando a sus transacciones la reducción de tipos que están disfrutando por parte del BCE, y ésto ha llevado a que hasta el mismísimo Trichet (hierático en otras ocasiones) haya reconocido este hecho.

Pero, ¿por qué el Euribor no está disminuyendo a la misma velocidad que los tipos de interés de la Eurozona? Muy sencillo, los bancos todavía no se fían unos de otros, y ello provoca que exijan tipos de interés más elevados.

Para explicarlo de una manera sencilla y al alcance de todos, el tipo de interés fijado por el BCE es el interés que la entidad cobra a los bancos privados por prestarles dinero, mientras que el Euribor es el interés al que los bancos privados se prestan entre sí.

Por tanto, no existe una correlación directa entre ambos conceptos, aunque sí están interrelacionados de una manera indirecta, por lo que, en situaciones normales un descenso del tipo de interés de la eurozona debería verse reflejado en un descenso inmediato del Euribor, pero no estamos en una situación normal.

De todas formas, es de prever que, con el paso de los meses, y a medida que la situación financiera se vaya estabilizando (otro cantar será la situación estructural), la brecha entre ambos tipos de interés se vaya reduciendo, a medida que los bancos comprueben la estabilidad de sus competidores y el nivel de confianza interbancario se vea incrementado.

Por tanto, alegrémonos de la bajada del Euribor, pero exijamos que incremente su velocidad de descenso.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.