Ciencia

Calidad de la Educación en el Siglo XXI

 

Université Le Sorbone – Paris, Francia.

 

Dr. Belisario Rodríguez Garibaldo

Jurista, Periodista, Sociólogo, Analista Político, Profesor y Escritor 

Miembro del Partido Revolucionario Democrático – PRD (Panamá)  

E-mail: [email protected] 

Web: http://www.pa/secciones/escritores/rodriguez_belisario.html

 

Fue hace muchos años cuando empezaron los debates sobre los proyectos de modernización educativa en Panamá, durante la administración de Pérez Balladares y el ex ministro Thalasinos; en 1994.  A lo largo de todos estos años han surgido a la luz diferentes proyectos de ley en materia educativa y universitaria, en base a la diversidad de programas vigentes en cada administración sobre el ámbito de educación media y superior. Es importante considerar para toda reforma a los índices de desarrollo humano en el renglón educativo, que son muestras de las realidades estructurales educativas en Panamá y el mundo, son registrados por la Contraloría General de Panamá, Ministerio de Educación de Panamá, Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), la Comisión Económica para América Latina de la Naciones Unidas (CEPAL), Organismo de las Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y Cultura (UNESCO), Espacio Europeo de Educación Superior (EEES),  Ministerio de Educación y Cultura (MEC) de España, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España, así como a los índices de calidad educativa del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), de la Organización de Estados Americanos (OEA) y otros organismos hemisféricos.  Es innegable observar a la calidad educativa de primer orden en Europa y Norteamérica, así también observar con detalle los diagnósticos realizados por estos organismos sobre los principales problemas del subdesarrollo educativo y cultural en nuestra América Latina, aunado a las diferentes propuestas de reformas en el ámbito educativo de las administraciones gubernamentales más progresistas y democráticas de la región y el mundo, en aras de la modernización y calidad de las instituciones educativas.

 

En Panamá es importante observar las reales razones por las cuales ciertos gremios educativos se oponen a las actuales reformas en materia curricular y calidad educativa, que además de meras reivindicativas, pueden ser concepciones pedagógicas en base a las tradicionales teorías del estructuralismo en educación, además de diversas concepciones ideológicas de izquierdas en el seno de las dirigencias magisteriales, que más no pueden aportar a la compleja dinámica social de las transformaciones mundiales en el ámbito científico, tecnológico, económico, empresarial, organizacional, social y cultural en la sociedad contemporánea del siglo XXI.  Es la hora de la voluntad política, la decisión responsable de la política educativa la tiene el Estado, mas la última palabra la tiene siempre el ciudadano, como soberano a la hora de elegir a sus gobernantes.  Todo cambia, nada es inmutable en el mundo.  Es interesante observar como los mismos sectores que en la década de 1970, se opusieron a la reforma educativa impulsada por Omar Torrijos por considerarla de tendencia comunista, ahora se oponen a la actual reforma sobre la transformación curricular y la modernización de la calidad educativa, por considerarla neoliberal.  Es necesario dejar de fundamentar a la educación, que como toda ciencia social, es sujeta de planteamientos macros de carácter ideológicos o filosóficos, para hacer un diagnostico científico integral de los problemas concretos y las posibles soluciones de los mismos, en una amplia concertación y evaluación con todos los sectores involucrados: gremios magisteriales, estudiantes, sector privado, universidades, colegios, y bajo la obligada supervisión del Estado, con sus autoridades educativas.  Al hacer alusión en la dirigencia magisterial de que la transformación y modernización educativa y curricular son reformas neoliberales, porque entre otras cuestiones aducen a la formación de competencias para los complejos y dinámicos tiempos actuales, parecen dar entender en una contraposición de carácter ideológica, es decir, no al modelo neoliberal, pero si al modelo ‘X’; me pregunto ¿cual será el modelo que prefiere la dirigencia magisterial actual? el cubano o el venezolano. La discusión debe sustraerse de pugnas ideológicas y políticas, para basarse mejor en las interesantes propuestas de los gremios magisteriales sobre una reforma integral de la educación, que muchas son validas, por lo cual deben discutirse en complemento con las actuales reformas educativas.  Algunos de los puntos abordados son validos, porque se requiere una reforma mas integral, pero otros aspectos son exagerados sobre las actuales reformas de transformación curricular y calidad docente, pues lo cierto es que la formación por competencias es un enfoque multidisciplinario para una realidad compleja y dinámica, que promueve la capacidad de un accionar transformador y productivo del individuo en la cambiante y competitiva sociedad actual.

 

De los actuales proyectos de transformación curricular en boga en la presente administración, así en el Ministerio de Educación de Panamá, e igual en la Universidad de Panamá, no dudo que se enfocan en mejorar la calidad educativa para con el futuro capital humano de la Nación, nuestros estudiantes (así como en la calidad educativa del docente, que requiere permanente actualización y evaluación continua), e incluyendo asignaturas en ciencias y tecnologías ó gestión empresarial, mas no incluye la extinción de asignaturas de filosofía, historia, español, artes, deportes, matemáticas, ciencias, etc., ni mucho menos se propone tal cuestión con la reforma, en todo caso se puede cuestionar que habrá cambios reducidos en las cargas horarias, por el aumento de más asignaturas con las reformas curriculares y con la reducción de los actuales bachilleratos a solo 7 bachilleratos (Ciencias, Letras, Comercio, Informática, Normal, Agropecuario, Arte Industrial), y no con las decenas de bachilleratos que ahora existen, algunas de obsoletas reliquias de mediados del pasado siglo XX.   Ni el conocimiento curricular que se promueve en ciencia y tecnología, o capacidad gestora y administrativa, va en ningún momento en detrimento de las matemáticas y físicas, las artes, lenguas y deporte, filosofía y lógica, geografía e historia, cívica y religión, y otras más, ni mucho menos su eliminación, además que la respectiva calidad docente así como a la descentralización de la educación no es en menoscabo de la estabilidad del docente, el cual más bien deberá ser evaluado permanentemente, apoyando su formación, competencias, actualización y promoción,  además que descentralizar a la educación coadyuva a mejorar la asignación de los recursos económicos públicos, como ocurren en muchos países del mundo.

 

De la Universidad de Panamá apenas se observan a las propuestas de la comisión de transformación curricular, se entiende que las discusión ha girado en no quedar desfasados frente a la competencia de las universidades privadas, que hoy prefieren la mayoría de los estudiantes universitarios de Panamá, como reflejan las encuestas censitarias educativas de la Contraloría. La Universidad de Panamá, nuestra principal Casa de Estudios Superiores, Rectora principal de la Educación Superior del país, tiene actuales carencias innegables en infraestructuras, recursos económicos, administración y gestión, calidad educativa docente e investigadora, actualización de carreras de grado y postgrado, etc.  En todo caso no veo que en las propuestas de transformación curricular se busque la extinción de Facultades que son tradición en nuestra Universidad de Panamá, tal como Humanidades, Ciencias y Educación (incluso esta última buscan desprenderla como una Universidad Pedagógica, tal como una vez ocurrió con la extinta Facultad de Ingeniería que formó a la actual Universidad Tecnológica, o como ocurre con los Centros Regionales avanzados que terminan conformando sus propias universidades como la Universidad Nacional Autónoma de Chiriqui o la Universidad Popular de Azuero).  Es más, bien una reforma de la oferta educativa universitaria, de grado y postgrado, en atención de la demanda educativa de la sociedad en las necesidades de formación del capital humano del país en medio de una realidad social y económica dinámica, compleja y competitiva, que enfrenta a nuestra Universidad de Panamá con la competencia de la amplia oferta educativa en la proliferación de universidades privadas que la misma Casa de Méndez Pereira aprueba y supervisa como rectora de la educación superior, así de igual forma en que la reforma quiere promover a la mejoría en la calidad docente e investigadora universitaria, con mayor evaluación y actualización continua, es decir, que la estabilidad por años de servicio también debe basarse en la prolífica producción investigadora, actualización permanente, evaluación de competencias pedagógicas y de su área de especialización.

 

Lo planteamientos aducidos por la dirigencia magisterial en contra del sistema educativo anglosajón (USA y UK), al cual aducen es el modelo de las reformas actuales, e incluso sobre el supuesto analfabetismo funcional del 60 % de la población norteamericana (no sé de donde se obtiene esa cifra), es más que una falacia por razón de una pugna ideológica, o más bien se deduce de una actitud xenófoba en contra del pueblo norteamericano. Los sistemas educativos anglosajones incluyen a todas estas asignaturas que se mencionan en defensa, y muchas más en el pensum de la educación básica y media, así como su sistema de educación superior que es de carácter multidisciplinario y especializado a servido de base a muchos de los programas de modernización de la calidad educativa universitaria en el mundo, incluido Europa y Asia, que llevan ventaja en desarrollo económico-social.  En todo caso, al aducir sobre el modelo educativos norteamericano en términos despreciativo o xenófobo, da una muestra de supina ignorancia de la actual dirigencia magisterial, a quienes se les debería proponer que fueran en una temporada de actualización a las universidades de Harvard, Stanford, Yale, Berkeley, etc. (y también a universidades de Europa), así podrán observar que la ciencias, investigación, artes, ciencias sociales, filosofía, historia, literatura, deportes (y también administración de negocios), son una prioridad en la formación general de la juventud universitaria norteamericana, que lamentablemente no ocurre igual con la escuela secundaria media pública norteamericana, que observan crisis parecidas a las nuestras, pero que no ocurre con la alta calidad de la educación media en Europa y Asia.  El modelo educativo universitario anglosajón (USA y UK) a servido de base en la ultimas décadas para la modernización del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), como de igual forma en Asia (Japón, India, Sudeste asiático). Es un modelo que hace razón a varios cambios: 1º niveles escalonados de Grado-Master-Doctorado, cada uno con una carga horaria-créditos equivalentes y homologables en todos los países. 2º mejoras presupuestarias en Investigación +  Desarrollo + Innovación (I+D+I). 3º formación general inicial por competencias multidisciplinarias para un mundo complejo y dinámico, además de ascendente especialización a lo largo de una carrera universitaria. 4º división de ramas del saber universitario en base a ciencias sociales, humanísticas y artes; ciencias, ingenierías y tecnologías; administración, negocios y economía; formación profesional, ocupacional y áreas complementarias.

 

Debemos observar a los adelantos en materia educativa en el mundo, pero tratando de ajustarlo siempre a nuestras realidades patrias, observando a la aspirina propia para el mal propio, consultando a todos los sectores, para mejorar el proyecto científicamente, pero sin mayores pugnas políticas e ideológicas, que solo postergan los problemas de nuestra educación, y nos condicionan al subdesarrollo a nuestros pueblos. Nosotros no hemos inventado a la rueda, los resultados de las reformas modernizadoras de la educación (universitaria, profesional, media y básica) se observa con creces en Europa, Asia y USA, que tiene un adelanto científico y tecnológico mas desarrollo económico y social muy avanzado, además de una ciudadanía pensante, educada, culta, crítica, participativa y con cultura política cívica.  En América Latina se busca – una vez más, y como debe ser- aprender de cabeza ajena, en los avances de otras naciones, pues es innegable que nosotros somos un producto consecuente de la evolución del pensamiento y sociedad occidental, así como es innegable que en la actualidad nuestras universidades latinoamericanas (y nuestra educación en general) se encuentra en franco deterioro, obsolescencia, apolillamiento y crisis estructural (como muestra un reciente ranking internacional educativo, en que solo la UNAM de México aparece como nuestra representación de calidad ante las universidades del primer mundo) por lo que urge una modernización que nos conduzca en avance cualitativo y cuantitativo en aras del desarrollo social hacia el sigo XXI.

 

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.