Sociopolítica

El acierto de Ciudadanos y el desacierto de los sectarios


Creo que a algunos o muchos de los críticos no les interesa tanto el fondo como la forma.

A veces se trata de imponer criterios. Los contrarios a la coalición achacan a los partidarios querer imponer algo, pero si ellos pudiesen, impondrían sus criterios. Es siempre difícil llegar a un consenso aceptable para todos.

Lo que defiende Libertas para Europa es perfectamente compatible con los principios que defiende Ciudadanos: Más democracia directa, más participación ciudadana, menos burocracia, menos imposición desde Bruselas. Que Libertas en Irlanda o algunos partidos coaligados con Libertas defiendan, además, otras ideas, es aceptable. Pero Ciudadanos no se coaliga con los partidos que entran en la plataforma de Libertas en otros países, sino con Libertas en España, sobre la base de un decálogo de principios a defender en el Parlamento Europeo.

Robles, por ejemplo, lleva muchos meses fomentando la discordia. Su desacuerdo no viene a raíz de la coalición, él usa la coalición como excusa para dar el paso definitivo, pues me parece que no sabía cómo organizar su salida honrosa después de no haber podido culminar sus pretensiones de unir C’s con UPyD.

Es más: Los que dicen que C’s traiciona sus principios (criterio que no comparto) no dudan en unirse a UPyD, un partido sin democracia interna, personalista y que impone las decisiones.

Muchos de los que han querido llevar a C’s a la extrema izquierda son contrarios a la transversalidad. Pero defender los intereses ciudadanos y querer representar a todos los ciudadanos implica, necesariamente, transversalidad, no sectarismo ideológico. Partidos de izquierdas hay muchos, la mayoría marginales y, por tanto, sin relevancia alguna en la escena política española. Convertir a C’s en uno más de estos partidos marginales no lleva a nada.

Un espacio desatendido es el liberalismo progresista (no ese liberalismo económico que suelen defender algunos del PP, poco consecuente con los principios liberales de libertad individual máxima – estado mínimo), y ese espacio implica transversalidad sensata, no oportunista. La izquierda radical siempre ha excluido a todo ciudadano que no piense en sus esquemas. La derecha radical o el conservadurismo radical hace otro tanto. Limitarse a ideas excluyentes siempre lleva a menos libertad individual y más imposición.

Se dice ahora -o más bien se critica- que Libertas no tiene ninguna ideología definida y que se fundó en 2004 en contra del proyecto de Constitución de la Unión Europea. Entonces ¿qué es lo que se pide? ¿Un partido más al estilo de los que ya existen?

Esta alianza ha sido criticada por el periodista Federico Jiménez Losantos, otrora defensor acérrimo del Partido Popular, ahora defensor incondicional de UPyD, un partido dirigido por una socialista. En varias ocasiones ha afirmado que la alianza con Libertas podría suponer el fin de Ciudadanos, y en los sondeos para las elecciones europeas no aparece Ciudadanos, sólo el partido de Rosa Díez, UPyD, pero me parece que no aparece porque no se pregunta ni siquiera por Ciudadanos. Esto es como con todas las encuestas: La orientación de la pregunta determina las respuestas, la falta de respuestas alternativas lleva a decidirse por lo que está disponible.

El proyecto de ciudadanos nació para ofrecer una alternativa al rígido esquema ideológico de los partidos tradicionales. Muchos de los críticos de Ciudadanos que ahora parecen abandonar el partido siguen viviendo en estos esquemas ideológicos y exigen a todos los demás que se amolden a dichos esquemas.

Es hora de superar las limitaciones que imponen las ideologías políticas, la diferenciación entre izquierda y derecha, la indefinición del centro político. Lo que hace falta es saber dar respuesta a los deseos y las necesidades de los ciudadanos, a crear una democracia verdadera basada en la participación directa de los ciudadanos en la política, en las decisiones políticas, en la gestión de gobierno. Para ello también hace falta una cultura democrática, un cambio de mentalidad y más interés por la política, un interés que ha desaparecido porque los ciudadanos ven que los políticos hacen lo que quieran sin escuchar al pueblo y porque existen apenas mecanismos de participación efectiva. Limitar la intervención de los ciudadanos en las decisiones políticas a elegir cada cuatro o cinco años a sus representantes no es garantía de democracia, más aún cuando los representantes no se eligen por listas abiertas o candidaturas individuales y no están vinculados a compromisos concretos.

En Europa pasa otro tanto. No sólo eso: Los diputados europeos no tienen poder efectivo, las decisiones las toman políticos que, aunque hayan sido elegidos para representar a sus pueblos respectivos en sus parlamentos, no tienen legitimación efectiva para hacer lo mismo en Bruselas.

Libertas no es ninguna coalición euroescéptica, todo lo contrario. Es eurooptimista. El optimismo reside en la idea de mejorar la democracia en Europa, no en disolver la Unión Europea por no ser democrática. Lo que ocurre es que muchos no entienden eso. Alguien como Jiménez Losantos, que tanto critica a los políticos, se arrima ahora a una oportunista socialista como Rosa Díez. Es poco coherente. Los cambios en la política necesitan coraje y frescura. Me parece muy bien que Libertas en Irlanda consiguió que ganase el No al Tratado de Lisboa, porque con el tratado los oligarcas europeos querían imponernos el fracasado Tratado para una Constitución Europea con otro envoltorio y sin plebiscitos, un tratado que dedica apenas cinco páginas al ciudadano y sus derechos, definidos éstos de forma ambigua y abierta.

En Ciudadanos no se quiere esa Europa de la dictadura encubierta y con un parlamento florero. En Libertas se defiende lo mismo. La coalición española de LibertasCiudadanos de España defenderá las posturas acordadas, no lo que se haya acordado en Francia, en Estonia o en Irlanda. Son principios básicos para el funcionamiento de la Unión Europea, no acuerdos para la fusión con otros partidos. Algunos no parecen entenderlo, al igual que algunos medios de comunicación aún no han comprendido que es Ciudadanos -un partido de ámbito nacional- y no Ciutadans -un partido de ámbito catalán-. Son libres de decidir abandonar el proyecto al no querer aceptar una decisión tomada democráticamente y por votación secreta por un órgano del partido. La libertad individual y la democracia directa no son compatibles con el sectarismo ideológico de izquierdas o derechas. Liberalismo significa tolerancia. En la tolerancia se puede cooperar para conseguir acuerdos sobre puntos comunes. Nunca llueve a gusto de todos. Por eso necesitamos consensos. Los consensos son expresión de democracia, de tolerancia y de pragmatismo, sin que por ser pragmáticos tengamos que olvidar los principios.


Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.