Ciencia

Producen un insecto depredador del pulgón más eficiente para la agricultura

BIOMIP, EBT surgida de la Universidad de Almería y dedicada a la producción y comercialización de insectos auxiliares para la agricultura, ha logrado producir un nuevo parásito resultante contra la plaga del pulgón, una de las más pronunciadas en los invernaderos de la provincia. Conocido bajo el nombre de Lysiphlebus Testaceipes, es un Himenóptero bracónido. Una diminuta avispa parásita que actúa contra este tipo de plagas dañinas en la mayor parte de los productos hortofrutícolas.

En la actualidad, ya existe un insecto que actúa contra el pulgón, sin embargo, según Manuel Pérez, gerente de BIOMIP, «no está dando resultados satisfactorios y en la mayoría de las casos tenemos que acudir a los fitosanitarios para acabar con esta plaga». El principal problema por el que este parásito no responde bien a la plaga es porque «el pulgón se desarrolla cuando la temperatura es más elevada, es decir, de unos 25 grados centígrados hacia arriba, mientras que el Aphidius Colensani, insecto que se emplea ahora mismo, no soporta temperaturas mayores a los 18 grados, por lo que no se desarrolla bien». Entre las novedades aportada por BIOMIP con este nuevo enemigo natural destaca la espectacular adaptación de esta especie a las condiciones ambientales del interior de los invernaderos. Este insecto se desarrolla de forma óptima con temperaturas superiores a 25ºC y llega a completar su ciclo biológico en menos de 14 días a una temperatura de 30ºC debido a que Lypsiphlebus testaceipes es originario de Centro y Sudamérica, aunque su introducción en Europa se produjera en 1972.

Su mecanismo de acción es simple, cuando el huevo madura, emerge una pequeña larva que provoca la muerte de su hospedador trasformándolo en una momia. De hecho, otra de las novedades aportadas es el modelo de comercialización de este producto, que se distribuye en forma de momias infectadas y dosificadas en sobres de papel especial de los que siempre emergen más de 100 adultos, facilitando su distribución en el invernadero.

Por último, BIOMIP se ha encargado de desarrollar el protocolo normalizado de Control de Calidad de esta especie. Esta herramienta permite determinar el número de insectos vivos y muertos, el número de adultos y la cantidad de hembras contenidas en los envases, así como, la cantidad de adultos emergidos de las momias y su capacidad de movimiento. Todos ellos son parámetros que inciden directamente en el producto final ya que permiten un permanente y riguroso control de la calidad del producto.

Fuente: Andalucía Innova

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.