Sociopolítica

Somos sutilidad

Estos últimos días han estado jalonados de importantes e impactantes pérdidas de personajes públicos: Vicente Ferrer, Farrah Fawcett Majors, Michael Jackson…
Cada cual con su sello personal y huella humana, pero todos con un carisma incuestionable y merecedores de respeto y recuerdo.
Vicente Ferrer, paradigma de abnegación y entrega en el corazón mismo de la necesidad humana, llenó de pan y proyectos la lejana y espiritual India.
Un hombre que no profesaba ninguna religión más allá del amor: eje y norte de su vida y encomienda.
Su legión de agradecidos y admiradores le despidieron con pompas humildes y discretas, pero con la relevancia emocional y espiritual que un alma de esta magnitud merece.
¿Qué importa que la Iglesia oficialista y obtusa no haya pronunciado unas palabras de afecto o imprecación?
¿Qué más da que la cúpula umbría y cuarteada de ciertos politicastros no se desplazaran a despedirle in situ o entonaran una loa en su nombre?
Nada importa de los mediocres, de los cobardes, de los necios… De los atravesados, atragantados por intereses espurios.
Queda la voz del pueblo, la voz verdadera de la gente llana, la que importa y prevalece, la que sabe agradecer los favores hechos y honrar la memoria de sus “héroes”.
Farrah Fawcett Majors: “el ángel de mirada azul” como algunos la sobrenombraron; fue por todos conocida como uno de los “Ángeles de Charlie”, un ángel efímero de la serie televisiva de los años 70/80, pero de largo recorrido en nuestra retina y recuerdo.
Para mí el “Ángel” más sonriente y glamuroso de todos los que desfilaron por la mítica serie.
Una mujer de aspecto deportivo, lozano, desenfadado… Con ese legendario y característico rubio ceniza de su pelo, que amenizó las noches de muchos hogares españoles en aquéllos años de la televisión única y de audiencias estratosféricas.
Su muerte, por coincidir en el tiempo con la de Michael Jackson, ha quedado relegada y ensombrecida por la de este último, la que ha causado un estruendoso revuelo y pesadumbre mundial.
Mucho se ha hablado (esputado) estos días, y mucho se seguirá hablando en los días venideros de la vida y obra de este cantante y ser humano singular. Una persona de carácter débil e inestable, presa de su propio destino.
Los cainitas y carroñeros no han tardado ni dudado un segundo en avalanzarse sobre su cadáver, aún elástico y caliente, dando por hecho y cierto, rumores nunca demostrados; acusaciones de pederastia de las cuales fue absuelto.
Pero eso no cala ni cuela en la mente de ciertos “togados de la moral” para los cuales siempre será culpable, y querrán darnos lecciones de integridad delante de una cámara, de un micrófono o sobre un papel, porque probablemente serían incapaces de ofrecerlas en el ámbito de su intimidad.
Es la “nadería de los don nadie”, de los que jamás destacarán ni destellearán en ninguna disciplina, frente a los que se han creado un perpetuo renombre y relumbre.
Toda esta hilera de ausencias nos hace enfrentarnos a nuestra nimiedad, a cuán frágiles somos los seres humanos, y a lo fugaz de nuestra suerte.
Un leve, un breve paseo por la vida, lleno de caídas y contratiempos, salteado de pequeños espasmos y espacios de gozo que vuelven más placentera y llevadera esta travesía terrena.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.