Economía

Diálogo de sordos (Claves del diálogo social)

El diálogo social tantas veces reclamado y aclamado se está convirtiendo en un auténtico diálogo de sordos, con todo mis respetos por los sordos que se entienden mucho mejor que nuestros agentes sociales, porque los primeros buscan la comunicación y los segundos los intereses personales y no del colectivo que representan.

Y es que un diálogo que se precie de recibir tan magno nombre debe de estar basado en la búsqueda de las coincidencias en lugar de en la reivindicación de los desacuerdos, ya que se debe de partir de unos mínimos para alcanzar unos máximos y no exigir unos máximos para acabar aceptando unos mínimos.

Nuestros agentes sociales demuestran poca altura de miras al reclamar posiciones indefendibles dentro del diálogo social, posiciones tan antagónicas que sólo pueden llevar a la ruptura social, algo nefasto para la situación en la que estamos inmersos.

Por un lado tenemos a los sindicatos, un grupo de analfabetos, desde el punto de vista cultural no de lectura, liberados que han ido escalando posiciones a base de la farsa de la lucha social pretendiendo defender a sus compañeros mientras conseguían derechos adquiridos propios, incapaces de entender el nuevo paradigma social en el que vivimos y aferrándose a reivindicaciones de épocas pretéritas carentes de sentido hoy en día.

Por el otro están los empresarios españoles, un grupo de hombres hechos a sí mismos que abandonaron sus estudios e hicieron dinero a base de pelotazos de dudoso valor ético pero que les reportaron pingües beneficios, los cuáles entienden gasto cuando deberían decir inversión y hablan de hoy cuando deberían pensar en mañana.

Dos estereotipos lejos del arquetipo real coordinados por el equipo de gobierno peor formado de nuestra democracia, un grupo de vendedores de humo que gustan del cuento como forma de vida y del marketing político como programa electoral.

En definitiva, un diálogo social en el que dependemos de tres partes carentes de toda autoridad moral por lo que no nos queda más remedio que rezar a quien podamos, y los que no creemos en nada marcharnos a galeras a remar.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.