Sociopolítica

¿HAY QUE PACTAR SOBRE LA JUSTICIA?

Cuando esto escribo acabo de ver en un periódico nacional los siguientes titulares: “El PP romperá el pacto de la Justicia si Caamaño es el ariete del  PSOE en la “Gürtel” – Espera que el ministro regrese a una posición de “hombre de Estado” para que el acuerdo no se vea afectado”. (ABC 16-08-2009).

No hay que leer más de la  página en letra pequeña, para que un mínimamente inteligente, se pueda hacer cientos de preguntas, tal y como yo me las hago y  las planteo aquí… acordándome de aquella “sentencia” del entonces alcalde de Jerez de la Frontera, Pedro Pacheco, el que afirmó que… “La Justicia en España es un cachondeo”; cosa que “encrespó las altas puñetas españolas y que trataron de condenar a galeras a tan osado político”… luego todo se quedó en agua de borrajas y con esta frase, Pedro Pacheco ha pasado a la historia de España y de la Justicia Española; para preocupación (¿vergüenza?)… de quienes proceda.

La primera pregunta que me hago es la que refleja mi titular… ¿Hay que pactar sobre la Justicia? ¿La justicia no tiene sus propias normas o conductas y basadas en las leyes vigentes debe actuar contra todo aquel que las infrinja, sea “aforado” o pedidor de limosna en  cualquier quicio de cualquier iglesia y de los que hoy tanto abundan?  Uno en su infinita “ingenuidad” así lo entiende; pero al parecer no. La Justicia para unos es con mayúscula y para otros es que es aún menos que con “minúsculas”.

¿Cómo pueden imponer unos políticos unos jueces que son los que en su momento y si procede, serán los encargados de juzgarlos por los delitos que puedan cometer? ¿Aún estamos en la época de aquellos sátrapas que afirmaban y ejecutaban después, diciendo que la ley eran ellos y que ungidos por los dioses, estaban exentos de responsabilidad alguna?.

¿Cómo vamos a creer en una política (“o lo que esto sea pues ya faltan calificativos para definir tantas aguas turbias, podridas o ya hediondas”) que ni es representativa, puesto que nos obligan a elegir lotes y no personas que representen al distrito en que vives y que luego se erigen en dictadores para elegir incluso los jueces que más convenientes para sus intereses, los sitúan en lugares apropiados “por si las moscas”? ¿Cómo vamos a creer en una Justicia que permite que sus representantes y que pagamos todos con nuestros impuestos se afilien  y apeguen a determinados intereses políticos de partido?  Hay cuerpos en un Estado, a los  que les debería ser negado el pertenecer a “fuerzas de parte y sean las  que sean”, pues tienen que velar por el conjunto nacional. La Justicia, que nos la presentan en forma de estatua de mujer con los ojos vendados, debieran presentarla con esa misma mujer, pero con la venda quitada y con enormes gafas de aumento para que pueda ver cuanto más mejor, de las infinitas  miserias humanas para luego impartir verdadera justicia.

Cuando se  pacta sobre un bien, una propiedad… “o  lo que sea”… es que el que pacta, indudablemente tiene poder en ello  y sobre  ello… y es claro que el que tiene poder antes o después abusa del mismo,  si no  hay contrapesos que lo controlen.

Por ello una democracia  no es tal (y en España no hay democracia) si no existen los tres poderes independientes y que hace más de dos siglos ya reflejara Montesquieu en su tratado sobre el gobierno democrático. Esto se lo pasan por donde imaginamos, estos demócratas de pacotilla, que además hacen declaraciones desvergonzadas como las  que refleja el periódico que cito… “y se quedan tan tranquilos”… y se quedan tan tranquilos por  cuanto ya se  consideran dueños y señores y quién sabe si llegarán a se como aquellos… “señores y señoras de horca y cuchillo”… y digo señoras, por cuanto había  hasta abadesas o monjas que ostentaron tan horrible título… “de señor de vidas y haciendas” .

No me lo creí cuando lo oí hace bastantes años… “la humanidad entra en un nuevo medievo”… y efectivamente la época medieval ha vuelto y avanza.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.