Sociopolítica

Tuve hambre y me diste de comer

Denominaciones cristianas, se suponen que todas son seguidoras de Cristo, pero sucede que aunque hay un solo Jesús muchos son los diferentes movimientos, algunos muy distintos entre si, y otros no tanto.

En ciertas oportunidades veo como una competencia entre estos, cada uno exaltando y haciendo valer su propia doctrina y marcando los errores de las demás.
Quizás en alguna forma, pareciera como que hacemos mucho mas énfasis en todo aquello que por doctrina cristiana (y solo me refiero a las denominaciones dentro del cristianismo) nos separa, que lo que nos une, por lo menos ese fue mi caso en algún tiempo.

Es que para mi forma equivocada de ver, si no cumplía rigurosamente lo que “mi doctrina” cristiana establecía, quizás pensaba que el grado de aceptación de Dios sobre esa persona era menor, realmente estaba muy equivocado.

Con este tópico no quiero decir que cada uno debe crear a gusto personal una nueva denominación, ni que la existencia de las mismas sea un error, solo que entiendo que es casi un deber la sana convivencia entre los diferentes movimientos.

Al respecto, hoy quisiera recordarles las palabras de una mujer, nacida en la ex Yugoslavia, su nombre fue nombre Agnes.

Ella fue alguien que vivió su vida consagrada a Cristo, pero si de doctrina cristiana nos tendríamos que sentar a discutir, creo que personalmente tendría una gran lista con diferencias bien marcadas, y que sobre algunos temas referentes a doctrina tendría una gran lista con argumentos, válidos para que prevalezca mi posición, en lo que a doctrina respecta.

Pero viendo el fruto de su obra, su forma de pensar, proceder y el testimonio explícito que dejó, no puedo más que reconocer en ella una mujer de Dios.

Para entender un poco más de que les hablo, sería oportuno conocer algunas de sus expresiones y vivencias, ya que si sabemos como piensa alguien, si ese alguien es honesto en sus expresiones, creo que podemos conocer que es lo que hay en el corazón de esa persona.

Agnes, vivió una vida de servicio a Cristo, su ministerio se extendió a lo largo del mundo, y debido a su tarea recibió muchos reconocimientos a nivel mundial, alguna vez aceptó recibir el premio novel de la paz.

Ella fundó muchas congregaciones, ayudó a los más débiles, y como consecuencia de su amor por Jesús dejó todo por servirlo.

En cierta oportunidad, cuando una importante periodista italiana la entrevistó, y con motivo de su “éxito” en la fundación de muchas congregaciones y de ser condecorada con el premio novel de la paz, le preguntó lo siguiente, esperando recibir una respuesta vinculada con su premio o reconocimiento.

Periodista: “Agnes, en su vida ha cosechado muchos premios, ha fundado varias congregaciones, que se están extendiendo por todo el mundo, ¿Cuál ha sido el acontecimiento más importante que ha tenido en su vida?”

Agnes: “Le diré, sin temor a equivocarme, que el acontecimiento más importante que he vivido en mi vida ha sido mi encuentro con Cristo, Él es mi sustento y mi vida.”

Periodista: “¿Y puede hablarme de Él?”

Agnes: “Cristo es el amor para ser amado, el camino para ser recorrido, la verdad para ser proclamada, la vida para ser vivida.”

Estas fueron algunas otras de sus expresiones:

(*)
“En la vida moderna muchos buscan un golpe de suerte, un negocio redondo, una operación maestra, capaz de solucionar para siempre todos sus problemas y sus anhelos de felicidad. Y lo buscan en el dinero, en el poder, o en otros ídolos que ofuscan el corazón humano. Nada más engañoso y fugaz. La aventura más apasionante, el acontecimiento mas sobrecogedor que un hombre puede tener en la vida, es, sin lugar a dudas, el encuentro con Cristo.”


“El aborto es un homicidio en el vientre de la madre… Una criatura es un regalo de Dios. Si no quieren a los niños, dénmelos a mí.”

Este era su texto bíblico preferido:

Porque yo tuve hambre y me diste de comer, estaba desnudo y me abrigaste, enfermo y me curaste, sin techo y me alojaste en tu casa. Por cuanto lo hiciste con cada uno de estos más débiles, lo hiciste conmigo, dijo Jesús.

Ojala algún día, y solo como una consecuencia de amor por Cristo yo pudiera llegar a tener el diez por ciento del fruto de Agnes, ya que no puedo más que reconocer que ella fue alguien que predicó a miles, pero la mayoría de la veces sin la necesidad de abrir su boca, renunció a muchas comodidades, pudo ver a Cristo en cada enfermo, hambriento y necesitado.

Por lo menos para mí, ella fue un gran ejemplo digno de imitar, aunque no comparta algunas doctrinas.
Agnes murió en 1997, y hasta el día de hoy sus frutos influencian a muchos a vivir para Jesús, quizás sea porque ella pudo llevar a la práctica sus convicciones y no solo dejarlas morir en simples expresiones.

Agnes fue una preciosa sierva de Dios, que peleó la batalla de la fe, pero quizas su nombre no te represente demasiado, porque en realidad fue mas conocida como Teresa de Calcuta.

Autor: Fabio Miguel Pereyra
http://reflexionesbreves.blogspot.com/

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.