Sociopolítica

CÁIGA QUIÉN CÁIGA Y SÁLVESE EL QUE PUEDA

El día que esto escribo se está escenificando en “eso que dicen es el  parlamento” (con minúsculas y adrede); un debate absurdo y estéril, para aprobar los denominados presupuestos generales del estado (también con minúsculas) y donde los determinados actores (la mayoría están para aplaudir o patear: según ordene el jefe) se dicen lo que a cada cual conviene, mientras el Estado (en este caso España, pero ocurre en otros países) se hunde en unos mares de corrupciones y en unas penurias que ni imaginar pensábamos hace poco tiempo, se  podrían presentar con la crudeza y dureza que estamos padeciendo.

Y digo ello, por cuanto y mediante “la compra” (así hay que denominarla  con toda la crudeza que pueda presentarla un idioma) de unos determinados “padres de la patria” (así los denominaron) el gobierno minoritario, ha logrado para llevar adelante lo que se considera va a ser el mayor desastre presupuestario del país, en muchas décadas. Cuando lo lógico hubiera sido, el convocar nuevas elecciones ante la serie ininterrumpida de fracasos que ya atesora, “el nefasto y devastador Zapatero”; y que el pueblo y mediante las urnas, elija a quienes va a ceder la administración nacional por un periodo máximo de cuatro años. Pero no, este nefasto y devastador ya nombrado, ha vuelto a aquel aberrante hecho que un déspota y enano rey francés pronunciara… “Después de mi el diluvio”.

Así este irresponsable, criticado desde los foros económicos internacionales, pasando por el propio Banco de España, e incluso por destacados miembros de su propio  partido (Almunia: que ocupa un alto cargo en economía nada menos que en la UE) y otros irresponsables, cuales son los “parlamentarios” (es un decir) vascos y canarios… “cierran los ojos y extienden la mano” (pues ante todo y sobre todo, se aseguran  pagas y prebendas durante el tiempo que queda de legislatura) y se conchaban o confabulan, para seguir adelante en esta catástrofe nacional que es ya la economía española y cuya deuda pública es ya una envergadura atroz, puesto que se ha publicado que España es ya el séptimo país más endeudado de todo el planeta.

Ninguno de esos padres (mejor decirles malos padrastros) ha hablado de restringir gastos superfluos, bajarse sueldos y  prebendas, revisar todos y cada uno de los infinitos malgastos que se producen por su irresponsabilidad individual o conjunta, etc.

Alguno y más para atacar que para defender el conjunto, ha dicho en ese parlamento que… ¿Cómo se van a aprobar unos presupuestos con los que se dice van a recaudar la mitad de lo que se necesita para cubrirlos? Recordemos una vez más, que la deuda pública ya es monstruosa y que producir más deuda pública es ir cavando una más grande sepultura económica y nacional.

En los otros “parlamentos” que debieran ser importantes y verdaderamente representativos, tampoco se ve coordinación para afrontar la crisis. Por una parte los sindicatos obreros no ceden; los empresariales piden esgrimiendo lógicas y comparaciones con otros países; pero al final no se llega a ningún punto de partida que nos diga que algo se va a mover en sentido positivo, puesto que ambas partes están “atadas” por su dependencia de los fondos que el gobierno les tiene que dar para que se sostengan y que los principales dirigentes vivan bien (con lo que recaudan por afiliaciones, apenas si podrían pagar la electricidad y el alquiler de los locales que ocupan) y defiendan lo ya indefendible.

Mientras, la inmensa mayoría de españoles, destacando los que aún tienen empleo y las pequeñas y medianas empresas, que aún pueden mantenerse y que son en realidad los que están sosteniendo, “los pocos soportes positivos que le quedan a España”; ven con miedo, impotencia o ya con cierto pánico… “cómo se va deteriorando todo y nadie hace nada positivo por reconducir un rumbo que va a la deriva desde hace ya bastantes años”.

Las corrupciones siguen aflorando “como las setas en otoño”; y cuando esto escribo, son dos más, una en Almería (20 detenidos) y otra en otro municipio malagueño controlado por el mismo individuo, igual  que el almeriense… durante la friolera de veinte años. Y ese es el  quid de la cuestión, o sea; el tocar poder y dinero y ver lo fácil que es la vida de los políticos en España y por ello todos quieren eternizarse en el  poder.

Lo de democracia, alternancia en el poder, renovación, regeneración y otras cosillas así; eso está muy bien para los discursos, pero la realidad es la que ya vengo diciendo hace bastante tiempo… “panza, bolsillo y aparato sexual”, tres magníficos motores y que por lo que ocurre son los que mueven a la mayoría de estos  pobres políticos que nos van arruinando cada vez a mayor velocidad.

¿El pueblo? Totalmente impotente, sólo pueden hacer lo que hace, aguantar.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.