Economía

Estos son mis principios, y si no le gustan tengo otros (El Gobierno habla, ahora, de flexibilización del mercado laboral)

El Gobierno español decía que tenía unos principios, y ahora resulta que ya no eran tales principios sino una referencia, y dentro de poco esa referencia se convertirá en una teoría ajena a los postulados socialistas, cosas de la política, supongo.

Hasta este fin de semana el Gobierno se ha cansado de gritar a todo el que quisiera oír aquello de que no había que modificar el mercado laboral, que el marco regulatorio que regía las relaciones laborales en nuestro país era perfecto e innegociable.

Sin embargo, ahora la cosa ha cambiado, ¡vaya usted a saber la razón!, y lo que antes era innegociable ahora debe formar parte del diálogo social, debe de ser uno de los puntos a debatir entre sindicatos y empresarios.

Y no seré yo quien lo desapruebe, porque al igual que la inmensa mayoría de la gente con criterio, y no quiero decir que yo lo tenga, considero que el empleo está excesivamente regulado en nuestro país, lo cuál provoca tasas de paro demasiado elevadas en época de bonanza e insultantes en época de crisis.

Lo que desapruebo es el cambio de sentido de la conducción que el Gobierno hace de este país, un cambio de sentido que no es propiedad suya sino extensible a todos los partidos políticos que, supuestamente, nos representan.

Es inaceptable que hace unos meses las negociaciones sobre el mercado laboral fueran inaceptables, cosa de la derecha más reaccionaria y una forma para que los empresarios nos estrangularan aún más, y que ahora se haya convertido en algo bueno para España, o nos mentían antes o nos mienten ahora, o lo que es peor, tenemos un Gobierno sin criterio.

Lo cuál nos lleva a hacer una reflexión sobre el sentido democrático de nuestros días, ausentes las ideologías ya sólo quedan las ansías de poder como la energía que incentiva a los políticos de hoy en día, y el poder se consigue con votos, y para conseguir votos hay que ir variando el punto de vista en función de las necesidades electorales.

En definitiva, y como decía Groucho Marx, el grande, “estos son mis principios, y si no le gustan tengo otros”.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.