Economía

Algo huele a podrido en Dinamarca (Cumbre de Copenhague sobre el cambio climático)

Algo huele a podrido en Dinamarca, concretamente en Copenhague, capital del país y capital, durante unos días, de los análisis, reflexiones y debates sobre el cambio climático, ese gran desconocido a pesar de que las noticias sobre él se agolpan en las redacciones.

Y es que nadie se ha parado a pensar, en serio, sobre el cambio climático, más allá de unos pocos activistas ecologistas y cuatro o cinco periodistas comprometidos, nada más, ni siquiera Al Gore, que ganó un premio Nobel con la materia pero que fue incapaz de alzar la voz cuando realmente debía haberlo hecho, cuando tenía la capacidad para cambiar el mundo.

Pero el cambio climático es algo importante, de hecho lo más importante porque no afecta a como viviremos los seres humanos dentro de unos cientos de años, afecta a si viviremos, o no, porque el cambio climático es una amenaza seria a la permanencia del ser humano como especie en la Tierra.

Sin embargo, el problema es de compleja solución, porque los países que generan una mayor cantidad de gases provocadores del efecto invernadero son los países con economía emergentes, es decir, países que vienen de la pobreza y que, poco a poco, van acortando distancias con los otros, con los ricos, con los que no sufrieron ninguna restricción ecológica cuando se encontraban en crecimiento, en economía emergente.

¿Cómo exiges a un país de economía emergente que reduzca sus emanaciones de gases de efecto invernadero cuando los países que ya son ricos no los redujeron hasta que fueron ricos? ¿Sería justo con ellos? ¿Sería ético?

Por tanto, algo huele a podrido en Dinamarca, unos países ricos, sin autoridad moral, exigen a otros países emergentes, sin voluntad económica, que reduzcan sus emisiones de gases pero no están dispuestos a ofrecer ninguna compensación por el tiempo que ellos aprovecharon sus emisiones para generar la riqueza que ahora disfrutan.

La solución pasaría por buscar modelos de crecimiento económico respetuosos con el medio ambiente para los países emergentes, unos modelos que deberían de ser financiados por los países ricos, porque cualquier otra solución sería injusto y carente de toda ética.

Pero, ¿cuál será la conclusión de la cumbre? Que hay que seguir trabajando, nada más, estas cumbres siempre terminan así, sin ningún compromiso serio, sin ninguna opción eficiente. Así estamos, así seguimos y así terminaremos, y mientras tanto, el cambio climático sigue su curso.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.