Sociopolítica

ESTA MACABRA ESPAÑA

Nunca he entendido el excesivo culto a la muerte que existe en España; nunca he entendido esas multitudes que se arremolinan alrededor de un muerto y la pugna o apretaderos, que he visto en muchos entierros simplemente por dar “el sentido pésame” y luego salir corriendo… pero “había que cumplir”. No hablemos de aquellos velatorios en que alrededor del muerto nadie podía dormir y aquellas terribles reuniones  (en muchas de ellas el llanto las acompañaba) al final se convertían en unos corrillos en que cada cual contaba lo que le parecía y no faltaban las series interminables de chistes más o menos macabros, pues había que pasar la noche en vela e incluso reír un rato.

La vida en las nuevas ciudades (no así en los pueblos que sigue el ritual) ha eliminado gran parte de toda esa parafernalia y por las circunstancias que supongo no hay que reflejar; por tanto los entierros han mermado mucho en asistentes. No hablemos de los antes obligados funerales posteriores, muchos de ellos era algo así como un segundo entierro y que hoy y por iguales motivos están desaparecidos o casi.

Como entiendo que lo que hay que hacer por un muerto hay que hacerlo en vida… yo ya no voy a entierros o funerales y en lo que a mí se refiere; “las flores que me vayan a poner después de muerto, que me las pongan ahora que estoy vivo”… lo que hagan después me es totalmente indiferente. Es más, tengo dicho a mis deudos que me incineren y que después el “tiesto” que les entregan con las cenizas, que lo echen al primer contenedor de basuras que encuentren… las cenizas sí que vayan a la tierra, al menos fertilizarán a algún vegetal.

Pero ya digo; en esta península denominada Ibérica; los muertos “son sagrados” y el ejemplo máximo que yo recuerde en este momento, es imaginar a Doña Juana de Castilla, heredera de los Reyes Católicos, paseando por media España el cadáver de su “Hermoso y  perfumado”; marido, hasta llevarlo a su lugar de enterramiento en Granada… y en el vecino Portugal, a aquel rey que hizo adorar en el trono a su mujer ya muerta y desenterrado su cadáver, ante él se postraron la nobleza que no la aceptó en vida; fue Inés de Castro una gallega por la que sintió un gran amor un infante portugués que luego fue rey.

Así y creyentes o no creyentes, a la hora de proclamar a “los muertos que les interesan”, siguieron y siguen organizando esos grandes actos para proclamar la grandeza o los grandes méritos del allí yaciente y para que lo veneren cuantos más mejor… ¿hubo algún muerto malo o perverso? No… “en estos actos o montajes todos los muertos fueron buenos cuando no buenísimos”.

Para mí, todo esto no es otra cosa que reflejar un ancestral miedo a la muerte y no aceptar la misma como un hecho natural; puesto que si nacer es natural… natural es morir… y la forma de ese último momento, sólo está “en manos de los dioses”.

La última parafernalia sobre muertos y sus restos; simplemente mueve a una piadosa risa, pero risa al fin y veamos el  por qué de ello.

Resulta que a Federico García Lorca, lo fusilaron en Granada y fue una más de los cientos de miles de muertos consecuentes a la guerra civil española. Sobre este famoso cadáver se ha hablado lo indecible y se han escrito montañas de papel, supongo que muchísimo más que sobre la obra del mismo, al menos en esta España “mortuoria”.

Pues bien; se habló de buscar sus restos óseos, que se decía estaban en un determinado lugar y en el que se afirmaba fueron “tirados” los cadáveres de este desgraciado, junto con otros cuantos más que como ocurría entonces, “eran asesinados en grupos”. Pedido consentimiento a la familia, niegan el permiso, pero como hay que “rescatar” estos macabros restos; el asunto toma vuelos y fuerzas gubernamentales y es nada menos que el Gobierno Autonómico de Andalucía, el que manda y costea la busca de tales huesos; pero tras largas semanas de busca y gastados ya nada menos que setenta mil euros (70.000) en esas minuciosas excavaciones, en vez de huesos humanos han encontrado dos testigos “valiosísimos”… una botella de cristal perteneciente a un tipo de refrescos desconocidos en aquella época aquí en España; y una lata o recipiente metálico que en su momento contenía atún en conserva… dos maravillosos hallazgos que se supone los expondrán en algún museo, quizá sea por cuanto cada uno ha costado 35.000 euros…?

Pero este gobierno autonómico no ceja y van a seguir gastando dinero para seguir buscando. Por lo visto no hay cosas mucho más necesarias en una región que tristemente es de las más depauperadas de Europa “entera”.

Quizá y si existe la otra vida de que se nos habla; el inmortal Federico y como buen dramaturgo que fue, tendrá motivo para hacer una nueva obra de teatro en la que ajustará personajes y hechos denunciando una realidad absurda, como las que supo reflejar en sus grandes obras y que son en realidad… “sus verdaderos huesos” y los que hay que mostrar a propios y extraños.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.