Ciencia

Michael J. Sandel se pronuncia en contra de la perfección genética


Ante los progresos realizados en el campo de las biotecnologías y la consecuente posibilidad de abuso en el uso de la genética, Michael J. Sandel ha manifestado sus preocupaciones a cerca de ciertas cuestiones éticas.  El acto multitudinario celebrado en Barcelona ha permitido al reconocido filósofo estadounidense compartir algunas reflexiones interesantes sobre la necesidad de dar un espacio a la imprevisibilidad y a la aceptación.

¿Cómo hemos de utilizar las nuevas biotecnologías?

El progreso de los últimos años ha sido deslumbrante y nos obliga a replantear algunos de nuestros principios y valores. Hoy en día las nuevas tecnologías permiten combatir enfermedades de índole hereditaria y limitar la aparición de ciertos defectos. Sin embargo, también ofrece la posibilidad de ir más allá de la simple prevención y abre la puerta a la libre elección de los genes de los hijos, el aspecto físico  y algunas de sus capacidades. Por estos motivos, Michael J. Sandel pregunta: ¿Cómo hemos de utilizar las nuevas biotecnologías?

El caso insólito de una pareja de sordomudos que deseaba tener un niño sordo es para el filósofo americano ilustrativo de los desvíos que puede generar la ingeniería genética. Los futuros padres descritos en este ejemplo no veían la sordera como una enfermedad o malformación sino más bien como una señal de identidad. De esta forma, se pusieron en contacto con distintos bancos de semen para encontrar un donante que reunía las expectativas y, finalmente, pudieron encontrar uno que procedía de cinco generaciones de sordos. Como consecuencia inmediata, los padres lograron tener un niño a su semejanza y, poco después, al difundirse esta noticia, la opinión pública criticó severamente este proceder.

Aceptación e imprevisibilidad

El filósofo se ha mostrado reticente con la idea de elegir los atributos de un niño y así lograr la perfección. “Si hay algo malo en el hecho de elegir, tiene que ver con la imprevisibilidad”, ha asegurado Sandel antes de referirse a la aceptación como una clave esencial para defender esta imprevisibilidad. La aceptación de las circunstancias de un nacimiento y de las propiedades del niño implican la idea de que el recién nacido sea más que un producto: es un regalo de la naturaleza. Así pues, es importante diferenciar un gesto de generosidad de los padres con un simple capricho y plantear serios límites en las intervenciones de estos.

“El problema no es que el niño o la niña nazca siendo niño o niña, sino que los padres lo consideren con una actitud egoísta e intervencionista”, ha expresado el ponente. Los padres dan un sentido al mundo y, por eso, han de reflejar una apertura hacia la imprevisibilidad de ciertas cosas. Es verdad que los padres intervienen constantemente en el diseño de sus hijos con la selección de sus estudios, el lugar en el que nacen, la comida, su ropa y los deportes que ejercen, pero, aún así, esto no debe considerarse un motivo para aprobar el uso de la biogenética en el diseño de los hijos. Asimismo, en un mundo social como el nuestro, Sandel ha defendido el papel que tienen los padres como escuela de humildad.

Progreso político y social

Cambiar la naturaleza para adaptarse al mundo nos aleja de las mejoras políticas. Así lo ha expresado el profesor estadounidense después de subrayar la conexión que existe entre la preservación de la humildad y una ética de la solidaridad. Según Michael J. Sandel, es preciso diferenciar la salud como un mercado de productos en el que se atiende los caprichos específicos de consumidores y la salud como finalidad equitativa en la que se busca el bien para todos. Siguiendo en esta línea, el ponente ha expresado que “más que buscar soluciones biogenéticas, deberíamos buscar alternativas sociales y políticas para que todo el mundo encuentre un espacio en la sociedad”.

Como conclusión, Michael J. Sandel ha manifestado la necesidad de establecer un acuerdo de gran escala. “Del mismo modo que se está haciendo con el calentamiento global, debemos aspirar a un debate”. Y ese consenso urgente que reclama el profesor estadounidense, también nace de las divergencias que existen en ese sentido entre Estados Unidos y Europa. Es evidente que los imparables avances de la ciencia hacen temblar las bases éticas de nuestra sociedad y obligan a cuestionar las reglas de la vida.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.