Sociopolítica

Enfoques cooperativos; Hoy: “Hablemos de Pedagogía Cooperaria”

 

Por José Yorg, el cooperario.

La pedagogía Cooperaria es una propuesta  en construcción para  significar la línea educacional del Cooperativismo del  Siglo XXI

La Pedagogía Cooperativa y su didáctica 

constituyen el método de la reproducción  intelectual

de la realidad e identidad cooperativa,

es, en definitiva y específicamente, la explicación

del fenómeno  económico-social cooperativo

en términos de enseñanza-aprendizaje,

partiendo de la actividad empresarial objetiva

del hombre cooperativo en contravención

a la ley del mercado en que está cercado.

 Ya plenamente apropiados del termino “Cooperativismo del Siglo XXI”, versión con que gentilmente aludiera el científico  Dr. Ezequiel Ander Egg  a la postura de mi compromiso con el noble sistema cooperario, prosigo pues con mis reflexiones sobre la Pedagogía cooperaria.

 Los principios fundamentales de esta propuesta buscan referenciar lealmente la esencia  de la cooperación con su  método, los contenidos, los valores y principios cooperativos en el proceso de enseñanza-aprendizaje, en procura de su existencia y adelanto.

 Basta ya de asimilar metodológicamente a la educación cooperativa  con la educación común, pues la primera posee esencialmente una concepción filosófica distinta a la  segunda. En ese marco asumimos el dignificante desafío  de ocupar nuevos enfoques y cimientos de estudio y reflexión sobre el fenómeno cooperativo, aspirando que los resultados que obtuve susciten nuevas reflexiones y estudios que, finalmente, orienten la asunción de una concepción pedagógica, filosófica y metodológica en razón de su peculiar esencia, garante de su noble desarrollo.

  El cooperativismo debe definir y fortalecer su concepción educacional propia y así contribuir a su existencia y adelanto histórico.

 Ahora, y en función a todo lo expuesto, podríamos preguntarnos ¿existiría  compatibilidad- a pesar de todo- entre la propuesta pedagógica cooperaria  y la educación común?

 Partimos del concepto de que si queremos realmente un cambio en la  calidad de la educación en el sistema formal oficial que actualmente no satisface a muchos, se hace muy necesario las aportaciones de otras disciplinas que, como el cooperativismo pueden y de hecho lo vienen haciendo.

 He seguido los rastros históricos  de Robert Owen y de otros pensadores que han legado criterios metodológicos en sus estudios e investigaciones sobre la cooperación que me permitieron  en el plano pedagógico develar y exponer las peculiares características (leyes internas) que explican cómo es y por qué es así y no de otra manera lo sui generis de la Pedagogía cooperaria que debe necesariamente reflejar esa cualidad y no presentar  desviaciones.

 Las observaciones e indagaciones de Robert Owen (1771-1858) en el campo educativo vinculado a los males observados en una sociedad organizada de tal modo que perpetúa la pobreza y potencia en consecuencia todo tipo de violencia nos inclinan a afirmar que sí existen, a pesar de todo, compatibilidad entre ambas concepciones educativas en cuanto a voluntad de brindar calidad y valores educativos.

 La pedagogía cooperaria necesita del sistema formal de educación para asegurar su existencia y expansión, y la educación común necesita de la pedagogía cooperaria,  su teoría y practica, métodos y técnicas diferenciadas, atributos pedagógicos y didácticos mediante los cuales el proceso enseñanza-aprendizaje puede trasformar percepciones agresivas, actitudes individualistas y antivalores a una época de  construcción de una conciencia crítica y predisposición a la solidaridad, puede también conmover la relación de hostilidad social existente hacia una convivencia armónica, equitativa  y humana.

 ¡Nuestra fe en la acción transformadora de la educación cooperaria es infinita!

 Prestemos atención a las palabras  del Padre de la Cooperación “Entrad en cualquiera de las escuelas que se llaman nacionales y pedid al maestro que os muestre lo que saben los niños. El maestro llamará a los niños y les hará preguntas teológicas a  las que los hombres más eruditos no pueden responder racionalmente; los niños, no obstante, responderán enseguida del modo que se les ha enseñado previamente; porque en esta parodia  de la educación la memoria es el único requisito exigido. Así pues, el niño cuya facultad natural de comparar ideas o cuyos poderes de raciocinio queden destruidos más de prisa, si al propio tiempo posee una memoria suficiente para recordar cosas sin hilación, será el primero de la clase; y las tres cuartas partes del tiempo que debería dedicarse a impartir una instrucción útil, se habrá dedicado en realidad a destruir la capacidad mental de los niños.”

 Su visión de un sistema de educación  se basaba  en la doctrina de que “el Estado que posea el mejor sistema nacional de educación será el mejor gobernado”.

 En su obra A new view of society, Owen expuso la opinión de que cada individuo no es únicamente un producto de su formación y su entorno, sino que las sociedades, colectivamente, son el producto de la formación que imparten y del  entorno social en el que se educan sus miembros hasta llegar a la edad adulta. La sociedad en conjunto puede suscitar en sus miembros la adopción de un fondo común de creencias morales

(G.H.D. Cole, 1965).

 No es tarea fatigosa comprender que la esencia de la cooperación esgrimida por Owen y que pretendemos leal y entusiastamente proseguir, habita formidablemente vigoroso, noble y útil socialmente, ayer como hoy.

 ¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!

 

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.