Sociopolítica

Automóviles subvencionados y más cosas

            Para forzar el consumo, en España el muy desorientado gobierno que padecemos, se sacó de “la chistera presidencial”, el subvencionar la compra de automóviles con dos mil euros; lo que en principio ha funcionado y muchos ilusos contribuyentes, cayeron en “el cebo” gubernamental, puesto que en realidad era una trampa para forzar un consumo y el Estado no daba nada, puesto que luego lo recuperaría con creces, tras la venta del vehículo, con los impuestos directos e indirectos y el consumo de combustibles; o sea una jugada bien hecha para salir del paso.

            Ventas de automóviles que se han forzado aún más, puesto que en el primer semestre de este año regía un impuesto del IVA y en el segundo, éste a sido aumentado en dos puntos. Forzando todo ello los vendedores de automóviles han logrado las ventas máximas que eran posibles, pero llegado a ese tope, que ya digo fue muy forzado… ¿qué ha ocurrido?

            Pues ha ocurrido lo que siempre ocurre cuando se fuerza algo que sin solidez o base de mantenimiento, se hunde al llegar al tope que sea. Es por lo que ahora se quejan los fabricantes o vendedores de automóviles, que las ventas les han bajado un veinticinco/treinta por ciento y temen que les bajen mucho más; lo que seguro que será así y por cuanto la situación sigue en una incertidumbre que no permite otra cosa.

            Puesto que y pensando sensatamente… ¿quién cambia de automóvil o compra uno nuevo tal y como está la situación económica? Pues alguien que lo necesite vitalmente o le sobre el dinero como para no preocuparse por el futuro de un decenio por lo menos; puesto que es mentira que esta situación económica se recupere antes y mucho más difícil será el que se llegue al poder adquisitivo que las masas han disfrutado, hace cinco años o más; nos han empobrecido para muchísimos años.

 

            ¿Qué va a ocurrir?

            Ocurrirá lo lógico, o sea que la falta de ventas producirá las reducciones de pedidos de los concesionarios, que venderán mucho menos y que debido a ello, tendrán que despedir empleados. Las fábricas y al reducir sus ventas tendrán que hacer lo mismo y de nuevo, todo ello conllevará una cantidad enorme de nuevos desempleados, ya que otra salida no hay. Y no la hay, por cuanto lo que ocurre en España, seguro que está ocurriendo en todos los países del denominado “mundo rico”, cuya riqueza era ficticia y a la vista está, el cómo se ha venido abajo y en los últimos años.

            Y es que “los castillos de naipes o los cuentos de la lechera”, siempre terminan cayendo estrepitosamente abajo, los primeros… y rompiéndose el cántaro en los segundos. Todo lo que no sea marchar de forma segura y acompañados de un capital en forma de ahorro sano, no tiene otro final que el que hoy se padece. Puesto que –y no nos engañemos- el desastre actual ha sido precisamente por no ahorrar nada y gastar a tontas y a locas, endeudándose en extremo y pensando en el porvenir; y creyendo –incautos- que el período de “vacas gordas” iba a durar por lo menos cien años.

            Y si los particulares se endeudaron de forma idiota y lo que a muchos les ha costado no sólo perder sus ahorros, sino hasta esa casa o vivienda que sobre la base de una brutal hipoteca a pago muy lejano, se atrevieron a contraer. En los aparatos oficiales o políticos ha sido infinitamente peor.

 

            Y ha sido infinitamente peor, por cuanto y como los gobiernos se renuevan cada pocos años; los irresponsables que ganaban las elecciones (donde las hubiera, donde no incluso ha sido mucho peor, pues allí el que manda se considera dueño de todo y hace lo que la de la gana) aceptaban si decir nada, la deuda que les dejaban sus antecesores. Y en vez de dedicarse a sanearla y librar al contribuyente del enorme lastre de ya insoportables intereses de la deuda pública; sin escrúpulos algunos seguían y siguen adquiriendo nuevos compromisos de más deuda pública y con ello sólo se puede llegar a un solo destino… la quiebra y el desastre… y en ello estamos.

            Ahora quieren solucionarlo con más impuestos y con reducciones de salarios y en fin, con nuevas imposiciones; que de momento, sólo crean malestar, incertidumbre y miedos de todo tipo; lo que dará el resultado lógico, consumir menos y guardar el dinero que se pueda y no por ahorrar que es una norma magnífica… sino por miedo a la supervivencia. Todo ello acarreará más recesión y por tanto más desempleados.

            Y no, no son sólo los automóviles, es que esa recesión se nota en cualquier producto y se está notando en este verano, donde en las playas, el que ha podido ir (infinitas cantidades es que ni han podido salir de casa) ya ha vuelto, a la nevera portátil, los bocadillos y demás fiambres, para no gastar ni un euro en el bar de playa; no digamos en restaurantes y demás establecimientos donde se gastaba el dinero antes.

            Ahora se dice de “ahorrar”; pero lo que están haciendo los inútiles políticos es cesar a algunos cargos y dependientes… pero los pasan a otros departamentos para disimular; o sea no hacen nada, bien por que no saben o quizá por que no quieren. Y así estamos… “y el calendario inexorablemente avanzando”.

Antonio García Fuentes

(Escritor y filósofo)

www.jaen.ciudad.org (allí más)

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.