Sociopolítica

La huelga de Dios


Pues fíjese que yo no andaba por la labor de apuntarme a la manida y socorrida huelga de marras. Entre otras cosas porque engroso la sobada lista del desempleo, y la huelga de un parado, entiendo, debiera de hacerse a la japonesa, o sea, trabajando más. Vamos, que tenía pensado, para fastidiar al Gobierno, no echar mis currículums ese 29-S, ni consultar Infojobs, ni acercarme al Inem a repasar el periódico color “salmón esperanza” con las últimas novedades literarias del género de terror.

Bueno, pues así y todo, leo estupefacto esta mañana que la Archidiócesis de Sevilla secunda la dichosa huelga. Que está muy bien, sí. Y mis dudas, si las hubiera, se disipan al momento. ¿Quién será el tontaina que se vaya a trabajar ese día si el mismo Director General del tinglado, Creador de los Cielos y de la Tierra, Dios omnisciente, secunda el parón?

Ya me lo imagino, sí, tirado en su sofá de nube, diciendo: pues mira tú, hoy no me sale del Evangelio trabajar. Quizás aproveche el día, como todos, para terminar esas pequeñas tareas para las que nunca encontramos tiempo: ordenar el garaje, montar el dichoso mueble-bar que la María se compró a trozos en el Leroy Merlin, guardar la ropa de verano en el cesto del año que viene… Quizás haga como yo: quedarse todo el día tumbado en el tresillo y entregarse al viejo oficio de matar el tiempo, zapping mediante: por la mañana, una buena sesión de Crímenes Imperfectos (poco misterio tendrán para Él, digo yo), y después de acertar todas las preguntas del Saber y Ganar, amodorrarse con la maratón vespertina del Sálvame, con su Belén (Esteban), su Jesús (Janeiro), su Campanario…

(Nota al margen: Creo que Berlusconi compró la semana pasada los derechos de Edén Televisión, así que no creo que en el Cielo tengan problemas para sintonizar la Digital Terrestre)

Pueda ofender la suposición, cierto, pero entiendan la picardía en mi descarga: que no veo yo a Dios, flámula sindicalista en mano, manifestándose por la Gran Vía al grito de ¡Zapatero derechista! Que esa es otra. Alguien deberá avisar al Ministerio de Trabajo y a los Sindicatos, para que tengan en cuenta semejante respaldo divino. Que cuando digan los Unos que la huelga ha sido secundada por el 90% de la población y los Otros que por el 10%, habrá que saber qué cuota de ese porcentaje lo ocupa Dios, que no creo que cuente como un obrero más.

En fin, que quien quiera regalarse una misa de aniversario, expiar los pecados en confesión o entregar la carta de apostasía, que se espere al 30-S, que el 29 Dios está de huelga. Eso sí, los pecados de ese día, tomen nota, siguen sumando Puntos Travel para el viaje al Infierno. Por 25.000 puntos me han dicho que anda ya la puja.

Por último, he de confesarles que me embarga una cruenta inquietud. ¿Qué hubiera ocurrido si cuando el “fregao” de la Ley del Aborto o el “embolao” de los matrimonios homosexuales, los sindicatos hubieran convocado una huelga? ¡Mucho me temo que Dios se hubiera lanzado a las calles de piquete! Informativo, se sobreentiende…

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.