Economía

Reunión del G-20: Crónica de un fracaso anunciado

No por anunciado es menos doloroso, y a pesar de que todos sabíamos que esta reunión del G-20 no serviría para nada, para nada en absoluto, el hecho de que tuviéramos razón y que haya sido una pantomima de alto calado no hace más que salar nuestras heridas de descreídos políticos.

Porque las conclusiones de esta sesión del G-20 son muy similares a las conclusiones de las últimas sesiones de este mismo organismo, y serán muy parecidas a las de los próximos, porque todos saben y sabemos los pasos necesarios para dar un paso hacia adelante y terminar, de una vez, con la crisis, así como para evitar que se vuelva a producir en el futuro, pero ningún país está dispuesto a llevarlas a cabo, ¿por qué?, porque exigiría una pérdida de poder.

Y la pérdida de poder es el concepto que más teme un político en general, independientemente de su nacionalidad, sin importar su ideología, un político necesita el poder, cuanto más mejor, es su alimento, y el hecho de que la lógica económica abogue por políticas supranacionales les trae sin cuidado. ¡Ya habrá tiempo después de culpar a la economía!

Lo he dicho yo, y lo ha dicho todo el mundo, antes que yo, evidentemente, pero aún así parece que los que manejan el cotarro no lo quieren escuchar. La crisis que estamos padeciendo no es exclusiva de ningún país, es supranacional, porque las empresas y el capital ya no son nacionales, sino multinacionales, por lo que carece de todo sentido común el tratar de resolverla con medidas nacionales.

Es como si se intentara solventar el problema del déficit público en España con un plan severo de austeridad en mi Comunidad de vecinos, no sería ni bueno ni malo, sería totalmente ineficiente. Pues algo parecido es lo que se están empeñando en realizar todos los países, en lugar de fomentar la creación de un organismo supranacional con carácter ejecutivo.

El problema es que ello exigiría una cesión de autonomía que nadie está dispuesto a realizar, y menos en una situación de crisis, lo cuál está, paradójicamente, alimentando la propia crisis. No puedo por menos que preguntarme a menudo si se hubiera podido formar la Unión Europea, éxito innegable de integración, con el nivel general de los políticos de hoy en día, y me da miedo la respuesta.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.