Sociopolítica

La dignidad/indignidad de los políticos

 

            Cómo han abusado tanto de nosotros; como nos han engañado hasta la saciedad; como pese a “las crisis” (hay que pluralizarlas puesto que son bastantes”) siguen abusando de forma ya bochornosa o miserable, conviene decirle a “toda esta casta” (ya despreciada por la mayoría de indefensos y expoliados) las cosas que había que haberles dicho hace ya mucho tiempo; digámoselas hoy que podemos, puesto que tal y como van las cosas y sus abusos; no me extrañaría que a no tardar mucho tiempo… “nos pongan a marcar el paso militar del tipo que sea”, puesto que la historia siempre se ha repetido y la que estamos viviendo en esta nefasta época no va a ser una excepción… “y al buen entendedor con pocas palabras debe bastar”… si no entienden, lean la historia que falta les hace a la mayoría de… “buitres o borregos”.  

 

            Empezaré señalando cosas muy importantes y que enumeraré para mayor contundencia.

1)      La política es el arte de gobernar bien a los pueblos, por tanto lo que nos ha caído encima, no son políticos ni cosa parecida y a la vista está la situación actual; que por descontado no afecta solo a España… simplemente vean el panorama internacional.

2)      A ningún político lo han llevado jamás “atado con cadenas” al sillón de mando; tan sólo y que yo recuerde a algún “forzado”; éste fue hace muchísimos años; se conoce como “Ramiro el Monje” y tras ser forzado a ceñir la corona, realizó “unos ajustes craneales”, que históricamente se conocen como “la campana de Huesca, cuyo badajo eran cabezas cortadas”.

3)      Los políticos (hoy) no son impuestos por “derecho divino” y aunque antes y mintiendo, los impusieron así, no son otra cosa, que seres humanos de carne y hueso y engendrados y paridos como cualquier otro hijo de vecino; en su conjunto muestran la sociedad; si la política está podrida es por que lo está la sociedad que la soporta.

4)      Por todas estas verdades indiscutibles, no pueden tener privilegios excesivos y menos impunidades para lo que hagan; deferencias y respeto sí, por descontado, pero nada más; el que quiera ir a la política que siga yendo, y si no quiere, pues que se dedique a los múltiples oficios que la vida brinda.

5)      El político tiene que tener siempre en cuenta que cargo viene de carga y que no es un privilegio, sino un servicio a la sociedad, por tanto si no quiere servirla ya sabe lo que tiene que hacer y lo digo en el punto 4; y si a pesar de ello entra, que sepa las obligaciones que contrae y que lo hace libremente.

6)      A la política sólo se llama (y en extremo) “al caudillo” de turno o dictador (cosa muy vieja puesto que ya se hacía en Roma y su Imperio) para que arregle cosas que ya de otra forma son “inarreglables”, de lo que en España tenemos “tenebrosos recuerdos y no quisiéramos que volvieran nunca más”.

7)      Que una democracia lo es si ella tiene leyes iguales para todos y que los tres poderes que la componen (según Montesquieu) sean verdaderamente independientes y no “el compadreo” que aquí hemos padecido y seguimos padeciendo. Tampoco es democracia si no se puede elegir a la persona que representa el distrito a que se presente para ser elegido, cosa que podrá hacer a través de un partido o en solitario; según decida “el valiente”; la dictadura/tiranía de los partidos tiene que desaparecer.

          Se pueden añadir muchas cosas más, pero esas se las dejo a otros más inteligentes que yo; pero lo que hay es que hablar claro, gritar, manifestarse y …

          Al pan pan y al vino vino… son unos sinvergüenzas despreciables, por cuanto abusando de un poder que NO SE LES DIO CUANDO FUERON VOTADOS; se han colocado sueldos y jubilaciones de bochorno, mientras al resto de españoles nos han empobrecido lo indecible… son UNOS MISERABLES y hay que luchar por que los políticos se ajusten a LAS LEYES LABORALES QUE SUFRIMOS LA INMENSA MAYORÍA, que trabajando cada cual donde ha podido (no donde ha querido) algunos se dejaron la vida en el oficio, otros están inválidos en una silla de ruedas o en una cama y la mayoría cobramos pensiones de miseria y que no llega a los 640 euros mensuales.

 

        ¿Cómo pueden asignarse todo lo que a continuación se detalla y del dinero público, sudado por masas indefensas? Simplemente son unos sin escrúpulos y todo ello hay que remodelarlo con una justicia hoy ausente totalmente.

            No sólo los ex presidentes del Gobierno como José María Aznar y Felipe González gozan de privilegios en forma de sueldos y prebendas vitalicias. José Montilla cobrará más de 9.600 euros al mes durante los próximos cuatro años por su condición de ex presidente de la Generalidad, y percibirá unos 100.000 euros anuales de por vida a partir de los 65 años. En caso de fallecimiento, su esposa, Anna Hernández -que llegó a ocupar, según CiU, hasta 15 cargos públicos-, recibirá el 50% de esa cantidad; es decir, 50.000 euros anuales, compatibles con la pensión pública; que como “trabajadora” le corresponda. Y si ésta también muriese, los beneficiarios serían los hijos menores hasta que alcancen la mayoría de edad. Extremadura sí cobran sueldos vitalicios, pero el único ex presidente extremeño, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, renunció a él. Siguiendo el ejemplo de Rodríguez Ibarra, José María Barreda ha prometido renunciar a sus derechos como ex presidente cuando deje la Junta de Castilla-La Mancha. Su compromiso contrasta con su voto en las Cortes regionales, donde los socialistas han rechazado la propuesta del PP para eliminar por ley estos privilegios. Su antecesor en el cargo, José Bono, disfruta de una oficina, dos personas de apoyo, vehículo, conductor y servicio de seguridad. Con las diferencias que quieran, hay miles y miles de apalancados de por vida a pagas abusivas y sin sentido alguno que las justifique; máxime que alguno como Bono; han sido denunciados por cuanto su gran fortuna no aparece muy clara que digamos; o sea que hay “muchas cosas ocultas en vete a saber cuantos de estos políticos que nos han arruinado con su pésima actuación administradora de bienes públicos; saqueados en infinidad de casos y de infinidad de formas diferentes”. 

            O sea que el único político que se salva y que demuestra con ello una integridad que a los demás no se les ve… es Carlos Rodríguez Ibarra, del Partido Socialista extremeño; ya veremos si cuando se jubile laboralmente renuncia igualmente a posibles prebendas “impuestas, que no adquiridas”.

Antonio García Fuentes

(Escritor y filósofo)

www.jaen.ciudad.org (allí más)

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.