caligrafía
Caligrafía nos mandaba el maestro para mejorar la letra. En la tele, ante el entrevistador de la cadena, no supo Rajoy leer lo que había escrito para contestar, caso de que se lo preguntaran, sobre qué hacer para crear empleo. Una cosa insólita, dice Rajoy padecer ante la prevista pregunta: Lo tenía escrito y no entiendo mi letra, espetó el prócer popular. Después del minuto de prórroga, que le fue graciosamente concedido, el líder paternalmente aconsejó a la joven, que había preguntado, estudiar, ser aplicada y trabajadora. Las recetas de la abuela. No valen chuletas sobre el programa de gobierno. No se lee la promesa electoral, se recita con el alma. Si el candidato del PP no se entiende a sí mismo, difícilmente puede entender el escrito de quienes le pregunten por qué, de la noche a la mañana, se han amanecido con un “ERE” en la cola del paro. Quién ha paralizado las obras y los servicios y la economía y las finanzas del mundo consolidado. Por qué ya no le renuevan la hipoteca, y se la retiran, quienes se la firmaron a veinte años. Por qué, por qué, por qué. Quiénes, quiénes, quiénes son los mercados. Y tú me lo preguntas, piensa el líder, el mercado soy yo, las derechas del mundo, a cuyas filas pertenezco, cuya doctrina estudio en FAES, la Fundación que preside el milagroso ex Presidente Aznar. El apunte de Rajoy, cuya letra dice no entender por su mala letra, reza: AGUANTA hasta que yo sea el jefe. Está claro. La salida no está por la derecha. Para salir de la crisis, ha de buscarse la puerta de la izquierda, porque la de la derecha nos dejó al pairo. Sí entiende Rajoy su letra, lo que sucede es que la nota también dice: AHORA no toca leer la cartilla, neoconservadora por supuesto. Lo dice, cuando habla a tiempo y a destiempo, María Dolores Cospedal: La culpa es de Zapatero, que es del PSOE. Esa es la única letra de la chuleta del PP: Aguanta Ahora.
