Ojea lentamente todos y cada uno de los titulares de prensa centrados en las ultimas noticias procedentes de Japón, sin duda sus sospechas de que la tecnología a partir de ahora iba a ser más cara estaba claro.
Atrás quedaron los tiempos de la gran expansión económica donde era fácil, iniciar un negocio, reformar una casa, pedir un crédito, cambiar de coche y emprender viajes transoceánicos para conocer mundo.
En tiempos como los actuales, todo eso quedo atrás, los polígonos industriales vacios, reafirman su tesis de que todo ha empeorado desde la última vez.
Los bares son lugares poco frecuentados en comparación a meses atrás, la crisis también les ha afectado a ellos, cuya puntilla ha sido la controvertida ley antitabaco.
La bolsa sigue su senda bajista y el mundo gira sin cesar.
Desde hace un par de semanas es uno más de esos parados procedentes del sector de la construcción, que trata de encauzar su vida en otro sector de momento sin fortuna.
Mientras en otro lugar diferente un gabinete de estética apenas abierto hace tres meses, baja la persiana por efecto de crisis.
Una cajera de supermercado mira el calendario, mitad de mes y hay poco movimiento, empieza a pensar que la gente se reserva más que antes a la hora de realizar sus compras, en tiempos difíciles se mira más el bolsillo y eso se nota en todos los lugares y sectores.
La crisis sigue con su látigo arrasando todo lo que está a su alcance.
