Sociopolítica

Somos una plaga en el planeta

 

            Es la conclusión a que llego y sin contemplaciones para nada ni para nadie, simplemente doy una contrapartida; o lo somos de voluntad propia, o por cuanto hemos sido mal educados y por tanto inducidos a ello. Veamos.

            Escribo esto cuando y de nuevo, se reúnen los representantes de los gobiernos (y lo de gobiernos es un decir) mundiales, en un lugar aún paradisíaco (estuve allí en 1993) de la península de Yucatán; concretamente en Cancún.

            Y se reúnen allí auspiciados por esas “Naciones Unidas, u ONU” ( que de unidas sólo tienen el nombre) y para ver o discutir por enésima vez, lo del calentamiento y polución del planeta en que habitamos; y dónde y como siempre no va a salir “nada limpio”; teniendo en cuenta que el mayor contaminador del mundo (USA aunque también ya va paralela la moderna e igualmente capitalista China) no ha firmado nunca ningún protocolo que le comprometa a limpiar su atmósfera y por ende la del resto de la Tierra y con su fuerza y dinero, simplemente se dedican a “tapar bocas”.

            Y no firman nada comprometedor, por cuanto lo que se considera “bienestar” (cada vez más discutible esta definición) está basado en el consumo; pero un consumo atroz y que se puede definir, con las palabras de… “fabricar, consumir y tirar” y sálvese el que pueda, aunque de seguir así me temo que pocos se salvarán de las catástrofes que se avecinan, y de las que yo creo que ya es… “el propio planeta el que avisando, empieza a destruir la plaga que ya le ha atacado demasiado”; con tanto derroche.

            Lo observo cada día en un simple y minúsculo detalle, que observo en los servicios públicos (aseos) del lugar donde tengo mi despacho y que frecuentan bastantes usuarios, que les debe importar un bledo el “consumir por consumir”.

            Y digo simple, puesto que hablo del “humilde papel higiénico”, que los cuidadores de dichos servicios, ponen a doble rollo, para que no falte; pero aún así y para “una simple meada”, algunos emplean “un bollusco” (lío) de papel de varios metros; vamos como si tuvieran que limpiarse “una hemorragia” (por ejemplo); y hablo de los servicios de caballero (o de mulero o asnal); y lo veo con bastante frecuencia, por cuanto algunos bastante guarros o escrupulosos, es que ni aprietan el botón del descargador de la cisterna. Las mujeres (he preguntado a las limpiadoras) es que hasta suelen tirar la compresa higiénica y la envían por el mismo conducto de los orines, sin que empleen los recipientes que hay junto a los sanitarios.

            Imaginemos con esta simple muestra que yo he controlado, la cantidad de árboles talados que se necesitan, sólo para papel sanitario y que no sólo es el higiénico citado, sino el que se emplea en infinidad de otros usos derrochándolo sin control.

            Si de aquí pasamos a “mayores”; veremos por las calles y junto a los contenedores de materias orgánicas, depositados todo tipo de electrodomésticos y otras cantidades de artilugios de materiales sintéticos, que nadie sabe donde colocar o que sabiéndolo, simplemente optan por lo más cómodo.

            No hablemos de la invasión de bolsas de plástico, que tiradas de cualquier manera (amén de otros envases de igual material) terminan en los descampados, cauces de ríos o arroyos y que finalmente, han llegado al mar y forman ya, capas inmensas que en kilómetros cuadrados son ya mayores que muchos de los grandes países del mundo; y ello ha sido denunciado hace tiempo… puesto que aparte de lo citado, muchos de esos trozos a la deriva, terminan matando a gran cantidad de animales que los comen, tragan o se enredan en ellos y a través de ello, mueren de forma horrible.

            Analicemos la cantidad de artilugios que hemos almacenado y que muchos ya por anticuados hay que tirar (cintas de casete, discos, videos, móviles, etc.) y por cuanto los sistemas más modernos, han obligado a eliminar lo anterior, puesto que “lo moderno” y mediante propaganda, nos lo han metido a la fuerza; demostrándose ahora, que y por ejemplo en el sonido, sigue siendo mejor el soporte en discos de vinilo que los CD. No hablemos de la cantidad de películas que te regalan y que luego ni tienes tiempo de ver, como ya ocurriera con tanto video en cintan diversas y que al final han quedado inservibles, simplemente por cuanto todo, todo, todo, se hace para que tenga un tiempo (más bien corto) de vida y la propaganda anula algo servible aún, por algo que dicen mejor; cosa discutible.

            Aún en épocas de crisis, es brutal el derroche que se ven en los contenedores, en que y desde sobras de alimentos (seguro que aprovechables) hasta ropas y calzados, pasando por mil cosas de útiles e incluso mobiliarios en perfecto estado de uso.

            ¿Cómo solucionar todo esto? Yo no puedo decirlo, sencillamente por cuanto no lo sé; pero sí que la intuición me dice que hay que consumir mucho menos y mucho más racionalmente y en beneficio de todo el conjunto planetario.

 

A los gobiernos es a quienes les cae la responsabilidad, de reconducir a las masas, a otros caminos en que el consumo… “sea mas de tiempo que de materias primas” y que así, las masas no sigan cavando la monstruosa sepultura mundial que se empezó a excavar y que seguimos excavando… y sálvese el que pueda. Por descontado que a esos gobiernos (todos y de cualquier categoría) les cae la responsabilidad de predicar con el ejemplo, para que el resto les emule.

Antonio García Fuentes

(Escritor y filósofo)

www.jaen.ciudad.org (allí más)

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.