Sociopolítica

Cuando vota, bota el voto…

Ustedes perdonaran mi poco optimismo, mi falta de credibilidad y posiblemente mi poco tacto, pero si estamos creyendo que vamos a salir adelante y lograr cambiar de gobierno en el 2012, yo no lo creo así.
Hay tres motivos que me llevan a pensar de esta manera, los poderes públicos del estado, los políticos de oposición y el pueblo mismo.
El primero, la majestad de los Poderes Públicos del Estado que supuestamente son las instituciones con las que se ejercen las funciones de control en la nación, y por medio de las cuales se mantienen relaciones con las demás naciones de la comunidad internacional, tienen su base jurídica en el derecho que el pueblo le confiere al Estado para controlar o administrar a la nación.
Estos poderes, ejecutivo, legislativo y judicial, se les sumo el poder electoral y el poder moral o ciudadano
En nuestra muy vivida experiencia en estos 12 años de régimen narco comunista se ha evidenciado hasta la saciedad que las instituciones públicas en Venezuela están absolutamente corrompidas. La indignidad y deshonestidad de los que en ellas laboran es patente y patética.
Sin independencia en sus funciones y criminalizando con un depravado abuso de sus autoridades en contra de ese pueblo que no se agacha ni pliega a sus mezquinas intenciones de convertir el país en un serrallo. Permitiendo además, el despilfarro de las bondades económicas del subsuelo para compra de armamentos a ser utilizados en contra de su propio país; acariciando conciencias y fabricando alianzas con extremistas y terroristas, pagando voces en propagandas y engaños de un mundo feliz pero con hambre, sin seguridad social, ni salud, ni educación.
Y no hay posibilidad de cambiar este parámetro antes de las elecciones.
En segundo término, los políticos de oposición. Veo con terror que los que se agencian en el ámbito político de la oposición, más que buscar la unión y consenso para con una base sólida hacer frente al candidato vitalicio del partido del régimen; llevan consigo agendas ocultas para cuadrar “parcelitas” de poder y llegar a los ansiados quince minutos de gloria. Con ello perdiendo y haciendo desaparecer la oportunidad de lograr contundencia en el discurso, y solidez en el argumento de que sí lo derrotamos en diversas oportunidades, pero nos han arropado con su poder corruptor, y lo peor, ellos se han quedado mudos.
Y el que calla, otorga.
Ya hasta se escuchan voces, que el 60% de los diputados de oposición se postularían para las primarias en busca de un mejor cuadre. Espero no sea así, aunque hay mucho político “miope”, y ya no tengo fe en ello.
Por último, el pueblo de Venezuela, una parte de ese pueblo esta tan básicamente educado para ser pisoteado, que perdió la capacidad de resolución y el deseo de superación.
Lo peor que pudo hacer los cuarenta años de democracia, es no haber educado al pueblo para el trabajo, creándole conciencia de respeto y avivando el fruto de la ganancia por la labor realizada, haciéndose las diferencias sociales fueran altamente contrastantes.
Esto ha sido magistralmente utilizado por chavez, con su discurso de odio, logrado calar en el pueblo más desprovisto del país.
Ese pueblo que pretende vivir sin trabajar porque el gobierno le hizo creer que debe mantenerlo; ese pueblo que aunque quisiera trabajar no tiene ni la educación, ni la capacidad, ni la capacitación para hacerlo; ese pueblo que mira “las misiones” como el aro salvavidas de sus condenadas vidas; ese pueblo que se aferra al “ser rico es malo” porque saben que ellos jamás llegaran a serlo.
Ese pueblo que ve al presidente insultar, perseguir, amedrentar y robar al que tiene y se siente feliz por ello; porque lo ve como uno de ellos con poder.
Ese pueblo que tiene la facultad de dejar que el país se hunda sin darse cuenta, porque al final cuando vota, bota su voto.
Arq. Víctor Juan Mión Pivetta
www.vmreporte.blogspot.com
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@Mionvi
06.05.2011

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.