Sociopolítica

Educación e igualdad de oportunidades

Son muchas las desigualdades que se producen en la sociedad. Desde la mujer que gana menos que el hombre realizando el mismo trabajo; hasta el inmigrante que no puede alquilar un piso por ser extranjero; pasando por la persona con discapacidad que no logra un empleo por ser ciego, utilizar silla de ruedas o tener síndrome de Down.

Solo 419.000 de los 1,5 millones de españoles con discapacidad de entre 16 y 64 años tienen trabajo remunerado (28,3%), según el Informe Olivenza 2010, elaborado por el Observatorio Estatal de la Discapacidad, Autonomía Personal y Situación de Dependencia.

Las causas de la mala situación laboral de estas personas son su bajo nivel educativo, las reticencias del empresariado a contar con sus servicios y los problemas de accesibilidad a los centros de trabajo.

Solo el 16% de las personas con discapacidad de 25 o más años tiene el Bachillerato. El 72% de los hogares en los que viven personas con discapacidad tiene barreras de acceso, problema con el que se encuentra la mitad de esta población cuando sale a la calle.

Rosa es traductora e intérprete de varios idiomas (inglés, alemán, italiano). También es ciega, y ha vivido situaciones de desigualdad. En el terreno laboral, Rosa afirma que “si, por ejemplo, hay un congreso en Viena y piden un intérprete que pueda trabajar en alemán y español, ¿a quién van a escoger. A Pepito, que parece no interesarle mucho, pero que se le da muy bien, o a Juanito, que le apasiona viajar y ayudar a que las personas puedan dialogar, y se le da muy bien? Curiosamente terminan asignándole el viaje a Pepito. ¿Tendrá algo que ver que Juanito no vea?”

Respecto a la doble desigualdad por ser una mujer con discapacidad, Rosa dice: “yo prefiero decir que soy una persona, con una serie de características (por ejemplo ser rubia, delgada, sonriente, mujer, discapacitada, entre otras). Habrá quien le parezca agradable y, por supuesto, habrá quien le recuerde algo desagradable”.

Sobre la definición de igualdad, Rosa señala que “cada una de las personas que componemos la sociedad disfrutamos de los mismos derechos, en un clima de respeto recíproco. En realidad, aunque cada persona sea un mundo, ya somos todos iguales. Tan solo nos falta suplir la seguridad y confianza que puedan faltar, creérnoslo y contárselo a los demás sin palabras, mediante nuestra actitud”.

Para Ernesto, periodista y escritor ciego, igualdad es “tener las mismas oportunidades que el resto de los mortales. Bajando al terreno de lo concreto, se plasmaría en contar con los medios adecuados que permitan acceder al estudio, a la cultura, al trabajo, etc”.

Para este periodista y escritor, las claves “son la educación y la auténtica igualdad de oportunidades para que los grupos en riesgo de exclusión puedan demostrar que sí pueden, siempre que cuenten con las herramientas adecuadas. No obstante, conviene matizar que la plena igualdad es dificilísima dado que la discapacidad, como es en el caso de la ceguera, cuenta con unas limitaciones insuperables y que es importante no olvidar”.

En una sociedad en la que la igualdad está en boca de todos, que llena páginas de periódicos y minutos de radio y televisión, la realidad demuestra que los desiguales son muchos, quizás, demasiados.

Antonio Saugar

Periodista

www.telefonodelaesperanza.org

 

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.