Sociopolítica

Guerras, soldados y… suicidios

Las guerras son enormes negocios de pocos

            En las guerras, los que las provocan y mantienen, suelen recurrir a la heroicidad; buscan y ensalzan al héroe, el que suelen “fabricar” para estímulo de ignorantes o incautos. Tan es así, que cuando un soldado es muerto en un lugar de guerra, no necesariamente en acto de combate… cuando el féretro llega a su país (“no empleo la palabra patria, puesto que esto es desconocido para los culpables de las guerras”) los gobernantes, lo reciben con todos los honores, lo arropan los altos mandos del ejército, el jefe del Estado, ministros, jerarquías religiosas, etc. etc.; luego se hace una elegía genérica con un toque individual, se le cubre el féretro con la bandera del país, se le concede alguna medalla y… “el muerto al hoyo y el vivo al bollo”.

 

Nunca entenderé el por qué se le da más importancia a un muerto militar o de uniforme policial, que por ejemplo a… “un minero, albañil, camionero, pocero, electricista y otros muchos más, que pacíficamente también se juegan el pellejo en su oficio” (y en conjunto son los principales “obreros” que sostienen al conjunto); puesto que oficio es el militar o el policial y al que no obligan a pertenecer al mismo, a ninguno de los que allí se colocan; muchos pensando en el poco trabajo y el sueldo seguro… “puesto que hasta el que alguno llegue a líneas de fuego, la mayoría viven y mueren y son retirados bastante jóvenes para que cobren una buena paga de por vida”.

 

Hoy aún más, puesto que la mayoría de los que hoy están en países en guerra (quizá con la excepción de USA e Inglaterra) están allí, voluntarios y no por otra cosa, sino por cuanto la paga es mucho más suculenta y hay motivos de ascensos en el grado o jerarquía, amén de la acumulación de medallas, que en España significa más dinero en la nómina de cada mes. Por lo tanto, lo de patriotismo y demás “cosas”, me permito dudarlo, por cuanto el ser humano y en mayoría… “sus ideales son su panza y su bolsillo”.

 

Afortunadamente, hoy y a pesar de todo lo que ocurre, de decadencia y materialidad… la gente (“la masa que es la que siempre sirve de carne de cañón y paga con ello el mayor tributo a las guerras que otros provocan”) piensa y deduce que, en la guerra no se soluciona nunca nada y que por tanto, ir a los ejércitos y menos ir a la guerra, es algo de siglos pasados; por ello los ejércitos “modernos”, se las ven y se las desean para completar las unidades o ejército, que cada “Estado Mayor Militar”, estima es lo conveniente para su país… “y para mantener la gran cantidad de jefes y generales que son necesarios para mandar tal ejército”; “cosa ésta a tener muy en cuenta, puesto que mientras menos tropas, menos generales, menos jefes y menos capitanes u oficiales subalternos… y lo más importante “menos fábricas de armamento”.

 

Y como y felizmente, “las levas obligatorias”; ya han desaparecido de la mayoría de países; han de mover y mover mucho… “el caletre militar”, para lograr que la juventud (“ahora de ambos sexos, que antes ello era impensable”) se motive y se aliste en el ejército, para lo que “han de dorarle la píldora mediante engaños”.

 

Para ello montan campañas de publicidad “sugestiva” y presentando una irrealidad, que tan pronto “el ilusionado” ha firmado y lo llevan a un campamento militar, se da cuenta de que ha sido engañado miserablemente; puesto que la vida militar, lo primero que te anula es la personalidad individual; y te convierte, en un simple número sujeto al ordeno y mando… militar; puesto que si ello no fuese así, no funcionaría ni un ejército… ni un pelotón al mando de un sargento “chusquero”; lo sé por la experiencia de mis dieciocho meses de servicio obligatorio, en el entonces… “Ejército del Norte de África” y en la guarnición de Melilla; entonces considerada como plaza fuerte… y que lo era, ya que allí estábamos… “como piojo en costura”; una división de hombres, que calculo estaría compuesta por diez o doce mil hombres.

 

Pero volvamos al… “banderín de enganche u oficina de reclutamiento”. Llegado y firmado el contrato, si el alistado no tiene que vérselas en una guerra… la cosa no puede ser muy grave, aunque en mi época también había suicidios, de los que nunca se hablaba oficialmente, pero que se cundía entre la tropa como “reguero de pólvora a la que se le pega fuego”.


Pero si el recluta e imbuido por la falsa propaganda, lo sitúan en un “infierno bélico” (como hoy lo son Afganistán e Irak y alguno otro) su aguante flaquea y su personalidad se resiente en una rebeldía a la que no puede dar salida… y la salida muchas veces (y cada vez más) es emplear el arma que le han dado, para matarse a sí mismo. Veamos algún suelto que nos confirma ello y que ya preocupa a los de “USA”.

 

“La negación de cartas de condolencia en los casos de suicidio cobró relevancia a nivel nacional cuando Gregg y Jannett Keesling hablaron acerca del suicidio de su hijo Chancellor Keesling. Chance Keesling se integró al ejército en el año 2003. Luego de prestar servicio activamente en Irak, fue transferido a las Fuerzas de Reserva del Ejército y llamado nuevamente para prestar servicio en Irak en el año 2009. Los años de guerra habían dejado sus huellas en el joven de veinticinco años de edad. Como me dijo su padre, Gregg: “Fue entrenado para la reconstrucción de Irak. Era un ingeniero de combate entrenado. Operaba equipos grandes y amaba dirigir esos grandes equipos. Sin embargo, al final, fue entrenado nuevamente como artillero táctico para sentarse sobre un todoterreno militar, un Humvee. Y todo esto, porque en realidad allá no se estaba haciendo mucha reconstrucción.”

 

Reitero que éste es un episodio, pero por lo leído, hay muchos más y ello ya es preocupante para “los militares norteamericanos”. Pueden leer más información en esta publicación norteamericana y que se edita en español, la que no es la primera vez que toca este tema; puesto que los suicidios de soldados americanos cada año aumenta:

http://www.democracynow.org/es/blog/2011/7/14/el_suicidio_de_soldados_y_la_poltica_de_condolencias_del_presidente

 

Claro que los que declaran, provocan y mantienen guerras, van a lo suyo y de ahí el que cada vez, existan más artilugios no tripulados… “para matar a distancia”; pero por lo mismo, podrán matar y destruir… pero nunca ocupar y controlar, como ha ocurrido en las dos guerras arriba citadas y es por lo que al final… “tienen que evacuar e irse los invasores”, que no son sólo norteamericanos, hay muchos más… incluso españoles, que ni sabemos el por qué están allí… “puesto que los no militares (que somos los que pagamos el gasto con nuestros ya confiscatorios impuestos) poco recibimos a cambio” y pese a esa otra brutal propaganda del… “terrorismo mundial… que en realidad no sabemos quién o quienes lo provocan y mantienen”… ¿serán los mismos? Casi seguro.

 

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.