Economía

Esclavos al servicio del gran capital

No es nada nuevo en la historia de “eso que se denomina hombre”, sobre este planeta; de siempre los grandes capitales se han amasado sobre el trabajo esclavo y muchos de ellos, lo fueron y lo son, sobre “la sangre, sudor y lágrimas” de multitudes anónimas, que mueren en las guerras o en situaciones trágicas, que otros han creado para llevarse todo lo que hay de valor en cualquier territorio terráqueo.

 

Ahora nos llega una noticia más y que afecta a un “rico-riquísimo” de nacionalidad española y que como rico-riquísimo, figura en un muy buen puesto en esa lista que cada año nos presenta una revista especializada (Forbes) de los más ricos del mundo; aunque hay que recordar aquel terrible dicho dedicado a esos ricos… “era tan pobre, tan pobre; que… sólo tenía dinero”.

 

Conviene que quién estas noticias lea, piense que “al comprar ciertos productos”; se está empobreciendo él mismo; puesto que si los compra, el máximo beneficio irá hasta “lejanos destinos” y su dinero saldrá de su país, sin pena ni gloria y además estará contribuyendo a que en el mismo, haya cada vez  más parados o sin trabajo, puesto que el trabajo de lo que él consume… lo hacen en otros lugares y como en este triste caso, lo hacen esclavos que simplemente por el hambre que pasan, admiten el tipo de trabajo que les marquen los nuevos negreros del mundo. Veamos.

 

“Zara, la joya de la corona del imperio Inditex, contrató en Brasil talleres textiles que empleaban a inmigrantes ilegales latinoamericanos en condiciones que rozaban la esclavitud. Según reveló el martes la cadena de televisión brasileña Band, la segunda del país, un equipo de inspectores del Ministerio de Trabajo y agentes de policía liberaron a 15 trabajadores clandestinos, la mayoría bolivianos y peruanos, que eran explotados en dos talleres de Sao Paulo, donde fabricaban prendas de ropa para la firma española en jornadas de hasta 16 horas diarias por unos salarios miserables”. (José L. Lobo: diario El Confidencial 09-08-2011)

 

Lo reflejado es sólo una mínima parte del trabajo periodístico, el que sugiero busquen y lean en su totalidad, puesto que no tiene desperdicio; y muestra una realidad, que aunque conocida en tantos otros casos, pero conviene recordarla y obrar en consecuencia.

 

Ya llega un momento que la inteligencia mínima, dicta el que hay que mirar lo que se compra, dónde se compra y las repercusiones que el dinero tendrá en el futuro; por ello y empezando por consumir todo lo de la ciudad y comarca donde vivimos y que sea de similar costo a lo que de fuera nos llega, es algo positivo; puesto que “el dinero, al ir rebotando en establecimientos cercanos, ese rebote va creando riqueza en nuestro entorno y de ella algo percibiremos”; ello es tan elemental que los catalanes y desde siempre (y ahora más incluso con propaganda oficial de la Generalidad) han practicado la autarquía, cosa no criticable puesto que lo primero y por tanto indiscutible, “es la casa de uno y su entorno”.

 

De igual forma en que se obre con los productos fabricados; igualmente hay que hacer con las grandes superficies, puesto que el dinero que allí llega, ese es que ni se detiene en España y se lo llevan directamente al extranjero; y por otra parte, no es que sean más económicas; puesto que con el señuelo de “las ofertas”; la mayoría (incautos) piensa que fueron a gastar “equis” y cuando de allí salen, han gastado el cincuenta por ciento más o el doble de lo que pensaban gastar; cosa que se controla mucho mejor en la tienda del barrio o en el mercado más cercano y atendido por comerciantes de nuestro propio entorno, que lo que ganan, forzosamente se lo gastan en ese mismo entorno y con los beneficios generales antes mentados.

 

En cuanto a la masa de “productos” que de Oriente vienen… ¿De verdad que hay que ir a esos establecimientos chinos o no chinos a comprar cualquier cosa? Pienso que no, en absoluto; el precio bajo no es rentable y no lo es por la calidad de lo que uno puede comprar… “no hablemos de las chuminadas o baratijas infinitas que allí venden y las que son totalmente prescindibles”.

 

Muchas veces “al ver ciertos escaparates”, pienso en aquellos exploradores que con abalorios de bajísimo coste, cambiaban estos “a los salvajes”, por materias mucho más valiosas y entre las que se encontraba el oro y la plata… “no seamos como aquellos y sepamos comprar lo que necesitemos y ello hacerlo donde más nos beneficie”.

 

Lo que no me explico, es el silencio de esos sindicatos que se dicen obreros (y donde sus dirigentes viven mejor que los empresarios bien acomodados) y que no estén en constante campaña orientativa en estos temas, para simplemente con ello, proteger el puesto de trabajo de millones de obreros, que trabajan y producen en España. Con ello, sólo con ello… ¿Cuántos puestos de trabajo se podrían producir? Pienso que muchos. Y lo mismo que digo para esos sindicatos, lo digo para las Cámaras de Comercio e Industria españolas, así como para la infinidad de asociaciones empresariales que existen y las que al igual que los sindicatos… “sólo se preocupan de sus cúpulas y que estas lo pasen muy bien”; el resto y al parecer les importa poco… y salvo excepciones, puesto que, “no se mueven nada más que de cara a la galería” y para mantenerse en el puesto.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.