Sociopolítica

Los ídolos: sus calambres y demás padecimientos

Escribo esto, el día en que al “número uno del tenis mundial” (dicen) Rafael Nadal, se le produce un calambre, que debió ser terrible puesto que sabiéndose en público y tomado por las cámaras, no pudo aguantarlo y su rictus de dolor, demuestra no otra cosa que los excesos a que es sometido un cuerpo humano, que como tal tiene sus límites; el portador del tal cuerpo debe saberlos y no someterlo a esfuerzos extremos… pero… ¡¡Oh la gloria y la fama y el dinero que con ello cobra el tal!!

De inmediato, el gran aparato que se mueve sobre estos falsos ídolos (¿Pues qué es lo que aportan en realidad para el verdadero progreso y bienestar de la humanidad? Nada o tan poco que a mi me da risa el pensar en ello)… el gran aparato, montó la gran propaganda y los que de él viven, se deshicieron en elogios y parabienes, admirando al “gran ídolo” (en aquel momento caído como mortal que es) y ponderando tan gran sufrimiento, con el que había que comulgar, puesto que “el tal señor” era merecedor de ello y mucho más.

Yo… “peculiar que soy”; en ese momento me acordaba de por ejemplo; el albañil que situado en una altísima planta, tiene que aguantar “todos los elementos”, y seguir hormigoneando y aguantando lo que le echen y por una cantidad de dinero al mes, con la que “el ídolo mentado”, a lo mejor no tiene ni para toallas y pelotas. Igual puedo decir del minero, pastor, pescador que sale a la mar de altura o bajura y a tantos mortales, como y por salarios muy ajustados (aquel que hoy tiene la suerte de encontrarlos) es capaz de… “aguantar calambres, resfriados, dolores de espalda y lo que le echen… puesto que tiene que vivir él y su familia y los tiempos son hoy y como casi siempre para estas gentes… bastante duros”.

Por ello y viendo por la imagen real al ídolo caído y “calambreado”… acordándome de los miles (millones) de todos los demás y de los que doy un boceto, pudiendo darlo mucho más crudo y cruel… simplemente me eché a reír y pude decir… pobrecito iluso… “ya empieza a caer… y antes o después caerá, puesto que otros ambiciosos y que aún no calambrean… le irán forzando a esa caída, que es lo que más temen esos falsos ídolos”… los que caídos de su pedestal, la mayoría… no pueden vivir sin el veneno de esa aureola de la fama antes mentada, por lo que el resto de su vida debe ser horrible… muchos de ellos llegan hasta el suicidio; lo que demuestra en realidad la debilidad anímica que siempre padecieron… pero mientras fueron convertidos “en máquinas”, no se dieron cuenta de ello y después… ya fue tarde.

Al socaire de ese calambre del famoso tenista, han pasado por las televisiones, múltiples incidentes de otros (dicen que deportistas: yo no acepto esa definición por lo ya anti natural de la misma) similares al calambreado y que pertenecen a otros oficios similares, tales como futbolistas, corredores pedestres, ciclistas y otro tipo de ejercicios, donde al hombre se le somete (y él se presta) a resistencias que ya deben ser insoportables y es que ese… “aún más”, que se ha impuesto en esos ya brutales ejercicios competitivos, al parecer ya está llegando al límite del cuerpo humano… y no saben pararlo, puesto que el gran negocio, está en el más rápido, más alto, más lejos, más resistencia en definitiva y ello; por lo anti humano que es, debiera ser analizado a fondo y tratar de remediarlo. Puesto que ya hasta se dan muchas muertes repentinas… “en acto de servicio”. Pero no lo hacen por cuanto se mueven masas ingentes de dinero y además es “el nuevo opio para el pueblo”.

Y es así, puesto que también se ha comentado a raíd de todo lo que digo, el que esos “cuerpos máquina”, sometidos durante tantos años a tantos y tan excesivos esfuerzos, llegados al retiro, al que llegan aún jóvenes… muchos de ellos o la mayoría, ya llevan en su “armazón”, tal tipo de secuelas, que el resto de su vida la pasarán sumidos en dolores y miserias, que ni se esperaban cuando estaban en lo que se dice… “en plenitud de facultades físicas”… “de mentales poco se habla”.

Y fueron precisamente los griegos, lo sabios griegos, los que ideando las competiciones deportivas, para de alguna manera, canalizar la agresividad del ser humano en ejercicios gimnásticos o físicos, éste mejorase en cuerpo y alma; puesto que aquellos sabios nunca pensaron (ni intuyeron) que aquello terminaría en la deformación “comercial en que hoy destruye mucho más que otra cosa, a aquellos cuerpos humanos”.

También aquellos sabios y para prevenir estas cosas, grabaron en sus templos y escribieron en sus libros que… “Nada en exceso… conócete a ti mismo”; pero es claro que los entrenadores, supongo que ni tienen idea de lo que significan estas palabras; y como si adiestraran a animales (que también merecen respeto)… encaminan los entrenamientos al simple y maldito… “aún más… tú eres el mejor”; y el desgraciado o desgraciada (puesto que también en esto entran mujeres)… se lo creyeron, se lo creen y se lo van a seguir creyendo.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.