Sociopolítica

Mi vida tiene valor

Personalmente, si tengo una idea a la que aferrarme, creo en el valor del ser humano. Podríamos revisar el principio de propiedad privada y basarlo en la primera propiedad privada del individuo que es su propio cuerpo vivo, material, tangible, real y centrar en esta propiedad universal la evolución sostenible del capitalismo. Afirmar, la vida tiene valor e incorporar este valor al sistema económico es el paso necesario que hay que dar para que deje de existir la marginalidad y todos los conflictos que conlleva.

 

Imaginar un mundo en el que la vida humana tenga valor de subsistencia y pueda ser transformado a través de la ONU y su Banco Mundial en capital electrónico para la compra individual de alimentos, sostener la sociedad del bienestar ( Educación, Salud, Vivienda, Justicia…), luchar contra el cambio climático, las catástrofes naturales y los efectos de las guerras.

 

Se dice que en economía el capital ni se crea ni se destruye, sólo se transforma, como la energía en física, por lo que podría parecer que el camino a seguir sea el de la mejor distribución de la riqueza, pero esto tiene límites evidentes que no pueden ser superados por el sistema actual de recaptación de impuestos: es limitado. Hay que sumar al sistema actual (el menos malo) lo que hasta este momento ha permanecido enterrado en el transcurso de la historia: el capital de la vida humana. No se trata de crear un capital de la nada, ya que este capital ya existe, solo hay que transformarlo en dinero (dinero electrónico destinado a la supervivencia sostenible de todos los habitantes del planeta).

 

En un mundo en el que el excesivo endeudamiento no permite disponer de recursos económicos para afrontar las necesidades de los propios Estados y sus ciudadanos, en el que se está agotando los recursos fósiles ,cada vez más caros de sustraer, y en el que nos vemos impotentes para afrontar los desastres humanos y económicos que ha empezado a provocar el cambio climático, se hace imprescindible reinventar el sistema y plantear en serio la creación de un nuevo valor de subsistencia sostenible.

 

Tan difícil es decir: no pienso contribuir al engaño en el que conscientemente estoy inmerso, en el que voluntariamente soy prisionero, no voy a seguir colaborando en construir un mundo ruin y peor por unos cuantos votos. No voy a seguir envileciéndome ignorando, descalificando y silenciando cualquier propuesta que no sea aceptada por el “gran hermano”. No miraré hacia otro lado ni dejaré que la violencia sea la única solución para poder mantener mi seguridad y status. No dejaré que la educación que recibí piense por mi. Abriré mi mente y diré bien alto. MI VIDA TIENE VALOR, SIRVA ESTE VALOR PARA PRESERVAR Y AMPLIAR LA SOCIEDAD DEL BIENESTAR EN TODO EL MUNDO. No quiero seguir siendo cómplice de un mundo salvaje que hemos heredado y nos negamos a cambiar.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.