Sociopolítica

Tres propuestas del viejo sabio

Los pájaros celebraban la vida, y el viejo sabio sentado a la sombra de un árbol parecía atento a los distintos cantos intentando averiguar si entre sus sabias disposiciones contaba la Naturaleza con la de armonizar todos los sonidos de sus criaturas, aunque contaba con la excepción de los humanos. Estos habían decidido hacía mucho alejarse de las leyes naturales y formado sociedades donde estas son ignoradas o directamente bloqueadas para evitar que el común de los hombres se sienta unido al resto de la madre Naturaleza y de paso al resto de sus semejantes. La fragmentación y la desunión eran inseparables del ciego movimiento de la especie humana, pensaba el viejo sabio.

Sus jóvenes amigos inquietos como él por esta involución de la humanidad, se acercaron cuidadosamente, se sentaron a su alrededor y comenzaron a preguntarle.

–“¿Cómo marginarnos del juego social, siendo que lo social nos interesa, y al mismo tiempo influir positivamente en ese juego social?… ¿Es posible superar esa contradicción?

El sabio habló despacio para ser bien entendido: – “Fijaos en el despertar de la primavera. Todo es energía que fluye en todos los sentidos. También vuestros pensamientos son energía que contribuye a la formación del mundo social y fluyen en todas las direcciones del Universo, tanto del que vemos como del que no percibimos por los sentidos. También configuran vuestra alma, deciden vuestra salud y enfermedad y deciden vuestro destino. De modo que la energía de los pensamientos es muy poderosa y nos implica directamente en la relación social, a no ser que estemos catatónicos. ¿Podemos marginarnos a una persona que no piense en otras? Esto parece sencillo de comprender, pero ¿podemos marginarnos del juego social colectivo? Esto es más complicado cuando lo social nos interesa porque somos parte de eso.

Marginarse del juego social ante todo es no discutir sus reglas, sino sus principios, pues las reglas son efecto, pero no causa. La causa está en el mundo de pensamientos que configuran el mundo. Eso quiere decir que no deberíais estar dispuestos a participar en juegos dentro del gran juego donde está comprobado que siempre pierden los mismos, pues son esa clase de juegos previamente diseñados para que suceda exactamente eso.

No es sano, sino enfermizo, anteponer la vida social a la individual, cuando lo social atenta contra la individualidad, con la excusa de un bien común que no existe. Supongo entonces que lo que os hace dudar sobre vuestra actitud ante el juego social es el haber comprobado cómo esto que llamáis “sociedad”, es una maraña de grupos de intereses donde las mayorías se ven obligadas a aceptar las condiciones de existencia que contra toda lógica imponen minorías.
-“Así es”, asintieron los jóvenes aprendices. Y uno de ellos, el más despierto, continuó diciendo: -“Y ya que estamos en este punto dinos algo más si te parece. ¿Es correcto ser individualista como alternativa a la masa?

El viejo sabio calló algunos instantes mirando la lejanía. Luego preguntó con voz tranquila: – “¿Se puede ser individual sin ser individualista? Porque al parecer el individualismo generalizado se convierte en gregario y está acabando con la individualidad.
Te diría tres reglas básicas a las que he sido fiel a lo largo de mi vida, y que propongo para que las discutáis entre vosotros y me deis vuestro parecer.

La primera regla es: “Sitúate”. Somos células del tejido del Cosmos, células del infinito tejido de la Vida en todas sus versiones. Por tanto, si algo me violenta, violenta el Orden Profundo y todas las existencias. Y esta sería la respuesta: desobedece toda incitación a la violencia; desobedece toda norma contraria al Orden Profundo. Desobedece todo lo que las estructuras violentas propongan en su propio beneficio – y contra el perjuicio de las mayorías- para su propio desarrollo. De lo contario, aumentarán sus exigencias.

En segundo lugar te digo: “Ámate”. Si te amas, ama a todos los seres desde el Orden profundo. Y no tendrás personas a las que consideres más ni menos importantes que tú mismo, porque serás uno con el orden Profundo, y en el orden Profundo no hay señores, sino colaboradores según capacidades.

Y por último propongo: “Organízate”. Tu existencia forma parte de todas las existencias, pues todo ES en todo en el Orden Profundo. Tú tienes la llave de tu existencia. No dejes a nadie que la utilice, porque lo hará a su favor”. Organízate con iguales altruistas.
Y no os preocupéis si esta forma de ver las cosas no se adapta al juego social, pero tened la seguridad de que forma parte del juego de la vida.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.