Economía

Happy Diwali, Feliz Año Nuevo

Hoy es el fin de año indio, podía ser otro día, pero es hoy, cosas de su calendario, y además de unirme a su solemne y festiva celebración, por la cuenta que me trae, quería hacer una pequeña extrapolación de su economía de ahora a la nuestra de antes, y de la suya de antes a la nuestra de ahora, para que no cometan los errores que otros ya cometimos y se puedan mantener en la buena senda.

Todos estamos tan asombrados por los ratios de crecimiento de su economía que no nos paramos a analizar la asimetría del mismo y el trasvase de creencias espirituales que está sufriendo su sociedad desde la adoración de los principios morales a la adoración del becerro de oro.

Influenciados, sin duda, por la sociedad de consumo estadounidense y como fruto de su rebeldía ante años de privaciones económicas, la nueva clase media emergente india está apostando por la frivolidad más absoluta, haciendo del consumo su modo de vida y construyendo una sociedad que está olvidando los cimientos que la hicieron ser admirada en todo el mundo.

El respeto por sus mayores, el culto espiritual, la pausa para la reflexión interna, la hospitalidad hasta límites extremos y la solidaridad siempre fueron las señas de identidad del pueblo indio que, como toda colonia reinventada en libertad sufría las consecuencias del abuso colonizador y mantenía las asimetrías sociales. Pero ahora, con el vil metal entrando de lleno en el espíritu de los jóvenes indios, ya nada importa más que el dinero y sólo se respeta a aquel que lo posee, sin importar la manera en que lo consiguió.

Llevo apenas ocho años visitando la India de manera asidua, y el mismo tiempo interesándome por sus publicaciones más populares, y el cambio es claramente notable, todo parece encaminarse hacia el milagro económico y ya nada queda del milagro social y de los valores éticos y morales sobrellevados de generación en generación.

Hoy que la India celebra su fin de año debería ser un día de reflexión para los jóvenes de aquel país, deberían de escuchar a sus mayores y comprender que, en el fondo, el dinero no es más que un medio para vivir, no el fin de nuestras vidas (en España ya hace demasiado tiempo que nos olvidamos de esta diferencia).

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.