Sociopolítica

Los derroches de una campaña electoral

Ya no nos asombra nada (“estamos curados de espanto”) y la indefensión nos deja ya… “tan duros como las rocas de la Costa de la Muerte”; sólo nos queda escribir cosas así, que puede que ni el viento de aquella horrible costa acepte y por tanto rechace y destruya, los lamentos de un pueblo indefenso y exprimido por irresponsables; los que sólo van a sus negocios… y la campaña electoral es un enorme negocio para vete a saber quién o quienes.

El voto en España está decidido desde hora y punto (puede que mucho antes) de que son convocadas las elecciones (cualquiera de ellas) y por tanto, esa enorme cantidad de dinero (de nuestros impuestos) gastado, bien pudo invertirse en cosas mucho más necesarias… pero ya digo… “es un negocio y algunos o muchos viven de ello”.

Y está decidido por que el que vota sabe ya a quién va a votar y el que no vota, no votará si lo llevasen en palanquín a pie de urna.

Para elegir a un candidato… “basta haberle seguido su ruta o marcha”; y ya ellos se preocupan de que la sepamos; y el periodismo (el verdadero) de mostrarnos las partes subterráneas y que los candidatos ocultan como se oculta “lo más ocultable”.

Veamos ya “a toro pasado”, lo que según se ha publicado… nos han costado las elecciones pasadas; cifras y hechos oficiales y a los que habrá que aumentar “los no declarados”; y que todo el aparato ha efectuado, con cargo… “a otras arcas igualmente públicas y a cargo del indefenso contribuyente”; puesto que “miríadas” de seguidores y con gastos pagados han seguido “al jefe” allí dónde éste ha ordenado. Y a parte de ello, ha habido que fletar gran cantidad de autobuses, para que en ellos fuesen (bocadillo incluido) la masa suficiente de adictos o simpatizantes, para aplaudir al jefe, diga lo que diga, puesto que ello no importa.

Aviones Falcón que facturan por horas de vuelo, caravanas de periodistas que siguen a los candidatos a un precio prohibitivo, 100 minutos de debate televisivo por medio millón de euros, incluido un catering de 18.000 (tres millones de pesetas sólo para copas y canapés: injustificable como tantas otras cosas), alquiler de grandes plazas y espacios de congresos, miles de euros en publicidad electoral y propaganda… Ana Mato, y el vicesecretario general del PSOE, José Blanco, pactaron recientemente una reducción del 15% del tope de gasto electoral del que disponen los partidos en campaña y de las subvenciones que reciben en función de sus resultados. Una primera medida que, sin embargo, aún sigue quedándose corta a la luz de algunos de los gastos desorbitados que todavía hoy siguen empleándose para llevar a cabo la campaña. Aun así, habrá que esperar todavía mucho tiempo para saber con detalle el desembolso final efectuado por los dos grandes partidos durante estos quince días, toda vez que esa cantidad parece una cifra tabú de la que, por ahora, ni Mato ni la socialista Elena Valenciano han soltado prenda. En otros países ya tomaron medidas reductoras muy considerables y de las que España queda lejos y pese a la depresión que soportamos.

Los partidos políticos han demostrado ser grandes maquinarias de poder que, cuando se activan y entran en funcionamiento, mueven cantidades y cifras mastodónticas. Solo hace falta echar un vistazo a los resultados del 2008 para comprenderlo. Entonces, el PP declaró 15,5 millones por operaciones ordinarias y 7,2 millones en concepto de propaganda, mientras que el PSOE -que tiene contabilidad separada del PSC- desembolsó 13 millones en gastos ordinarios y 6,2 millones en propaganda. Más datos en: “El Confidencial del 13-11-2011) dónde hay muchísimos más.

Pero por otra parte y por lo arriba indicado, parece ser que en España sólo hay dos partidos y entre ellos pactan (como dueños del dinero público, lo que se van a repartir para estas campañas) Campañas que se supone realizan bajo los auspicios de “sus asesores”, que posiblemente… “ligados a las empresas que van a emplear ese enorme monto de dinero”, ya procurarán realizar los presupuestos más altos que puedan, puesto que mientras más dinero se gaste… “más quedará en la buchaga o faltriquera”; en fin que el negocio es el negocio y todo lo demás pues… “que el que venga detrás haga lo que pueda… o quiera… como nosotros hacemos”… ¡¡De pena y al propio tiempo de risa, puesto que nos siguen tomando por tontos o alelados!!

Y no, lo que ocurre y no me canso de escribirlo, es que estamos indefensos y somos juguetes en manos de unas nuevas dictaduras que no nos esperábamos y que por cuanto ocurre, quieren eternizarse… “y estas no mueren, como murió Franco”.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.