Sociopolítica

Por fin empezamos a liberarnos de Inglaterra

La Unión Europea nació en los aledaños  de  los años 50, con la ilusión de terminar con los conflictos entre vecinos que dieran lugar a la Segunda Guerra Mundial. El pacto de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero fue el primer paso de una unión económica y política de los países europeos para lograr una paz duradera. Sus seis fundadores fueron Alemania, Bélgica, Francia, Italia, Luxemburgo y los Países Bajos.

Ya en aquellos momentos uno de los actores principales de la posguerra, el General Charles De Gaulle, pronunció unas palabras que hoy se hacen sentencia

“Lo peor que le puede pasar a una posible Europa Unida es admitir a Inglaterra, ellos son una isla que no se siente europea, porque vivirán siempre creyendo ser el gran Imperio Británico”

Desde el año  1973, fecha de la primera ampliación de la unión con la admisión de Dinamarca, Irlanda y el Reino Unido, éste último no solamente no se adhiere a la disciplina comunitaria, sino que además influencia a sus seguidores para que tomen su misma postura…

En el  1993 se crea el  mercado único, con las «cuatro libertades» de circulación: mercancías, servicios, personas y capitales, dándole forma en el Tratado de Maastricht. De las cuatro libertades del Tratado de Maastricht, Inglaterra solo asumió las que le interesaban:  mercancías y capitales, no admitiendo la libre circulación de trabajadores, al igual que en 2001 no aceptó como  moneda única el Euro.

En toda esta historia queda claro que Inglaterra ingresó en la Unión Europea para, sin ningún pudor, aprovecharse del resto de Europa, imponiendo, más bien invadiendo,  todos los mercados de los países de la unión con corderos congelados de Australia y Nueva Zelanda, en competencia desleal con nuestros países, por la enorme producción y bajo costo de los países de la Commonwealth.

No hace falta decir que la poca, o mala, legislación en materia financiera, dio lugar a un conflicto bancario al inicio de la actual crisis económica…

Podemos empezar a respirar, si es verdad que la rigidez alemana aleja a los ingleses de Europa. No perdemos nada en absoluto. Posiblemente nuestros productos ganen competitividad.

Bay, Bay, señor Cameron, por fin empezamos a respirar algo más tranquilos.

 

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.