El pasado 20N los españoles decidieron que el 2012 sea “Año Mariano”, pero en lugar de ser como los que declara la Iglesia para resaltar la santidad de la Madre de Cristo, será el año de la reclamación constante al presidente Mariano Rajoy.
Es muy probable que mientras Rajoy planifica su agenda, otros estén planificando las suyas para las movilizaciones de protesta que se llevarán a cabo con un espíritu común, el espíritu de “recorta en todo menos en lo mío” y que será fundamental esgrimir en las venideras manifestaciones con mensajes que adjudiquen juicios de intención, como si todas las medidas que se aproximan fuesen tomadas por sadismo presidencial más que por necesidad vital.
Mientras tanto la mayoría de la población que con su voto ha indicado que lo ven como una solución para salir de la crisis estará como los típicos niños que viajan en el asiento trasero preguntando sin parar… “¿falta mucho, falta mucho?” cuando ni siquiera se ha comenzado el viaje y que consiguen poner tan nervioso al conductor, que se acaba pasando la salida y debe dar un rodeo para recuperar la ruta. Confiemos en que Mariano no se pase la salida de la crisis (si es que existe) para evitar rodeos, ya que el coche viaja con el depósito en reserva. Mariano debe contar con que desde las tertulias radiofónicas y televisivas permanentemente se le ofrecerán “recetas” que serán como llevar el GPS diciendo: “a 200 metros gire y desarrolle un plan de ayuda a las PYMES” y Mariano le dirá al GPS aquello de: “pero no ves que está la calle cortada por falta de presupuesto.”
Lo que sí tendrá en común el 2012, Año Mariano político con un Año Mariano eclesiástico será la Fe donde, en función de si España sale de la Crisis o no, los creyentes devotos de Mariano dirán que se nota que esto va mejorando, los escépticos (de la política) dirán que el futuro que está arreglando es el suyo propio y los zapateristas dirán aquello de “mira el listo, como tampoco puede” o “ya se lo habían dejado a punto”. Lo que parece evidente es que será el año de Mariano por aquí y Mariano por allí y sobre todo ¡Mariano por el amor de Dios!.
Porque para bien o para mal no tenemos más tiempo, ya hemos pasado el punto de no retorno y no queda más remedio, o España despega o sela pega. Elcambio de gobierno ha sido el último cartucho y Mariano esta obligado a saber hacer. El 2012 será sin duda el “Año Mariano” para bien o para mal, Rajoy recibe una España infartada y en la UCI y debe decidir rápido y bien, cual Doctor House al que todos critican por sus métodos pero que al final acierta. Más nos vale…