Porque lo dicen los Mayas. O los Incas. O J. J. Benítez. O Áker Jiménez. O Carlos Jesús. O los paquetes de cereales del Mercadona.
En diciembre de 2012 se va a ir la Humanidad y todo nuestro preciado planeta a tomar por el que rima. Sí, ése es el verdadero plan de rescate para la Economía de Zapatero, el FMI y la familia Obama. Si el crecimiento económico va a arrancar, por fin, en el 2012 es porque, en ese año, todo -absolutamente todo- va a quedar reducido a cenizas, escombros y cucarachas Latin King, de las que sobreviven un Holocausto nuclear, una paliza en un parque o una resaca de Dyc. Cuando ocurra esto, la debacle mundial, el petardazo final, los dirigentes mundialísimos partirán, a lomos del Apelo Veintiséis, a otra galaxia situada a varios años luz de la nuestra para restablecer ahí una colonia de apestosos humanos, o lo que seamos -extraterrestres venidos de otro tiempo, como dicen algunos.
Y es que en las navidades del 2012, en lugar de escuchar villancicos en el Top40, comer turrón como cerdos o gastar el dinero como si nos lo hubiesen regalado los Reyes -por anticipado, Western Union-, vamos a estar más preocupados de salvar nuestras almas y rezar en todos los idiomas y jergas que conozcamos. Porque va a caer un meteorito del tamaño que tiene el Camp Nou, el Sol va a pegar un fogonazo de radiación ‘extra’ (ahí arriba están de rebajas) que freirá todo lo que encuentre a su paso, la órbita de la Tierra se va a alinear con la de otros tantos planetas -Planeta FM incluido- y el núcleo de nuestro planeta se va a rebotar, porque van a llover neutrinos -algunos agricultores se alegrarán de que llueva algo, aunque no sepan ni pronunciar la palabra- que son unas partículas muy malas, porque un agujero negro va a engullir la Vía Láctea como si ésta fuese un flan Dhul, porque algún masón del lobby sionista le dará a un botón y un millón de petardos nucleares -valencianos- poblarán el cielo, porque el mundo entero se va a rebelar y saldrá a la Huelga del 29-S (perdón, éste se me ha colado), porque van a bajar del cielo los carros de fuego bíblicos a condenar nuestros limpios culos, porque van a venir los pobladores de Ganímedes, aliados con la Casa Blanca y Tinki-Winki, a despertar la conciencia de los humanos a base de mucha fusta y latigazo. Porque ya me los veo, a los Mayas, tan puestos ellos, bajando de las nubes en sus Jog por aire, vestidos a lo calorro, con cara de muy mala leche y sus cadenas de oro.
Señores, no sé ustedes, pero yo estoy cagao. No va a haber escapatoria, es decir, o se va todo al garete por A o por B, y si no, por C. Pero nuestra estirpe está condenada allá en el 2012, así que vayan haciendo planes a corto plazo pues ahí arriba, en el cielo, junto a nuestro Señor bienaventurado, no se puede pagar con tarjeta y, para más inri, cobran unos intereses por transacción que, como mucho, les va a dar para pasearse en bermudas como si fuese un eterno verano en Benidorm.
Por otro lado, tengo la conciencia tranquila. Como eso va a pasar, ¿qué más da lo que diga o haga ahora? Mis palabras tienen fecha de caducidad, y es de dos años. Ahora, más vale, por el bien de todos los que predican en fin del Mundo en el 2012, que eso sea verdad: si fuese uno de esos profetas iluminados, empezaría a rezar ya para que en el 2012 nos vayamos todos al carajo. Porque si no es así, es decir, si llegamos al 2013 y la Esteban canta las uvas junto a su p### madre, juro por todos mis ancestros que los voy a poner a parir hasta que se me salgan las entrañas y mi mandíbula se desencaje de la risa. Estáis advertidos, hermanos.