Sociopolítica

Los modélicos referentes de Rajoy

 Creo que Mariano Rajoy se precipitó un poco, digo poco por ser benevolente, cuando puso a Francisco Camps, el de los trajes, como paradigma de lo que debe ser un buen gobierno y cuando dijo refiriéndose a la “buena” gestión de Jaume Matas, expresidente de Baleares, que él –Rajoy- quería para España un Gobierno como el de Jaume Matas.

Ante este deseo de Mariano Rajoy y sin ánimo de entrometerme en su forma de hacer y pensar, yo le sugeriría que se olvidara de su intención de adoptar la misma forma de actuar de estos dos “ilustres” porque se puede dar el caso de que si así lo hace pueda acabar su carrera política sentado en un banquillo frente a un tribunal de justicia como se han visto, se están viendo estos dos expresidentes que no lo han hecho bien, eso es evidente, pero no hay que quitarles el mérito de que “sí la han hecho buena”. Eso salta a la vista.

Está claro que Rajoy no se caracteriza por tener una visión muy clara a la hora de catalogar, etiquetar o calificar una gestión de Gobierno. Se volcó con Camps y con Matas y la verdad es que el resultado final con respecto a su apreciación o definición ha sido total y absolutamente equivocada, dos fallos de dos, el cien por cien de error en solo dos casos con lo cual se puede decir que si de una quiniela futbolera se tratara no hubiera conseguido más de seis o siete aciertos. Menos mal que no apostó por ningún presidente popular más. Aún así hay más de uno de los que se puede decir que su gestión no ha sido como para echar cohetes. Más que cohetes lo que ha habido son verdaderas tracas y en el caso de Camps y de Matas una gran mascletá.  La verdad es que Rajoy se ha quedado sin referentes. Yo creo que la capacidad de análisis no es la parte fuerte de Mariano Rajoy. Por cierto, y hablando de Camps, dijo que no era amigo de El Bigotes, que lo conocía de pasada, menuda “pasada”, y ahora dentro del proceso judicial que se está celebrando hemos escuchado unas cintas en las cuales El Bigotes dice que Camps le había invitado a cenar en su casa. Cuando uno invita a cenar a un desconocido es porque se celebra la Nochebuena y sienta un pobre a su mesa. NO crea que fuera el caso de El Bigotes que ni es un desconocido para Camps ni mucho menos un indigente.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.