Sociopolítica

Una legislación laboral franquista

        Para cantar las excelencias de la nueva reforma laboral decretada por el Gobierno del Partido Popular, Esperanza Aguirre, la heroína de Bombay, no ha dejado títere con cabeza. La también presidenta de la Comunidad de Madrid para “abrir boca” se ha despachado asegurando que la reforma laboral que ha aprobado el Gobierno está hecha pensando en los parados frente a las políticas que “propugnan” los sindicatos y que, a su juicio, ha quedado demostrado que son “reaccionarias, anticuadas y antisociales” añadiendo que esto acaba con el marco franquista  que ha convertido a España en la campeona mundial del paro. O sea que los sindicatos son anticuados, reaccionarios y antisociales, creo que Esperanza Aguirre se ha equivocado de calle, lo que es anticuado, reaccionario y antisocial es esta reforma  de Mariano Rajoy que no supone otra cosa que volver, como se pretende, a los tiempos en que los trabajadores eran tratados como mulos de carga. En cuanto a que el marco laboral anterior a esta reforma era un marco franquista, ahora resulta que según Aguirre, recortar los derechos de los trabajadores que tantos sacrificios, sangre, sudor y lágrimas, costó, es acabar con una legislación laboral franquista. No, si  la derecha acabará pidiendo a voz en grito que los restos de Franco sean trasladados al cementerio de su pueblo.

La heroína de Bombay, ha dicho también que esta reforma supone “un gran paso hacia delante para favorecer la contratación” y que en primer lugar “frena la destrucción de empleo”. O sea que abaratar el despido acaba con la destrucción de empleo. Lo que si queda claro es que con este paso hacia delante los derechos de los trabajadores han ido a parar al fondo del precipicio. En todo lo que ha dicho Esperanza Aguirre, hay una cosa digna de destacar, esta no es otra que no le importa “tanto el coste del despido” sobre esto ha manifestado: “No creo que la clave esté en el costo del despido porque con el despido muy costoso hay 5 millones de parados”. Ahí, justo es reconocerlo, tiene razón Aguirre, no se trata del costo que les pueda suponer a los empresarios el despedir a sus empleados y no lo es porque la mayoría de las indemnizaciones por despido que han percibido esos 5 millones de parados las ha pagado el Fogasa, es decir que a los empresarios les han salido más que baratos. Son las cosas de Aguirre a las que ya nos tiene acostumbrados.

Ante esta reforma yo me pregunto: ¿No se les ha ocurrido arbitrar medidas para presionar a la banca a fin de que concedan créditos a las pymes, a los emprendedores a las familias, a todos esos que tan fervorosamente defiende el PP? Eso sí crea empleo, pero claro no se le pueden apretar las clavijas a quienes dan créditos para mantener todo el aparato burocrático de organización y administrativo del partido. Tampoco se han atrevido a actuar contra el clandestinaje, lo que supondría una ahorro y al mismo tiempo una enorme fuente de ingresos para la Hacienda Pública.

Toda esta “gran faena” de Aguirre, la ha rematado María Dolores de Cospedal, la secretaria general del PP, y creo que ¿aún lo es? presidenta de Castilla-La Mancha, lo pregunto porque como se pasa la vida en Madrid. Cospedal ha dicho que “el PP es el partido de los trabajadores”. Si tenemos en cuenta esta afirmación y lo del “marco laboral franquista” de Aguirre se puede decir que el PP ya no es el partido de los empresarios, que los ha abandonado a su suerte y que lo de la reforma laboral es para despistar y que a todos aquellos franquistas, los de la bandera con el aguilucho, que votan y supongo que militarán en el PP, supongo, no afirmo, se sentirán desplazados y totalmente desamparados. Las cosas han cambiado mucho en este país, si tenemos en cuenta las afirmaciones de estos dos personajes. El giro ha sido total. ¡Lo que hay que ver y oír!

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.