Sociopolítica

El triunfo de los mejores

Tenemos un problema con el dopaje”. Es la respuesta del ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, a las acusaciones contra la limpieza de los éxitos del deporte español en los últimos años.

El Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), máxima instancia judicial deportiva, sancionó la pasada semana con dos años de suspensión a Alberto Contador, al hallar restos de clembuterol en un análisis realizado durante el Tour de Francia de 2010. El ciclista había ganado la edición de la ronda francesa y será desposeído de la misma, al igual que el Giro de Italia conseguido en 2011 y de todas aquellas victorias logradas hasta febrero de este año. El castigo finaliza el 5 de agosto. Algunos medios franceses parecen haber visto en la inhabilitación del deportista una ocasión para cuestionar la larga lista de victorias del deporte español en la última década.

Políticos y medios de comunicación españoles salieron en defensa del corredor del equipo Saxo Bank. El Diario Marca, en un editorial, afirmaba “que un tribunal decida aplicar la máxima sanción posible y reconocer, al mismo tiempo, que no existen fundamentos en los que sustentar el fallo bastaría para desacreditar a cualquier juez. Exactamente lo que ha ocurrido con Alberto Contador”. El TAS no ha podido demostrar que el ciclista consumiera de manera voluntaria esta sustancia. La tesis de la Unión Ciclista Internacional (UCI) y la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) se sustenta en que el positivo fue causado por una transfusión de sangre o por la ingesta de un suplemento alimenticio contaminado, antes que por ingesta de carne tratada, como había argumentado Contador.

El positivo de 50 picogramos de clembuterol por mililitro de orina sólo es detectable en dos laboratorios del mundo, debido a que es una cantidad ínfima. El de Colonia (Alemania), encargado de la analítica de Contador, es uno de ellos. No obstante, la sustancia forma parte de la lista de las llamadas cualitativas: su simple aparición determina un positivo.

Le Monde aseguró que este caso debe hacer que España “mire al dopaje de frente”. El rotativo francés añadió en su editorial que “más que reconocer el problema del dopaje y tratar de solucionarlo, las autoridades españolas continúan respaldando a sus campeones”. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, aprovechó la recepción del equipo campeón de la última Copa Davis para defender a los deportistas españoles de las acusaciones de dopaje procedentes de medios franceses. “El mayor desprecio es no hacer aprecio”, afirmó Rajoy, que suele ser parco en declaraciones.

El deporte español ha cosechado los mayores éxitos de su historia en los últimos años. Los aficionados conocieron en el Mundial de Sudáfrica una de las mejores generaciones de futbolistas que ha dado un país. Las Olimpiadas de Pekín de 2008, dejaron para el recuerdo uno de los mejores partidos de baloncesto de la historia, con el Dream Team de Estados Unidos contra las cuerdas ante el combinado capitaneado por Pau Gasol. Las exhibiciones de Rafael Nadal o los adelantamientos de Fernando Alonso. La lista podría seguir, sin olvidarnos de Alberto Contador y sus hazañas conseguidas bajo el estricto control de la UCI. Son los ejemplos más serios de una prolífica escuela de deportistas que existe en España.

Y sus victorias no sólo pertenecen a los españoles. Representan una serie de valores de honestidad y sacrificio que trascienden cualquier frontera. Ese es el bien común del que hay que cuidar y proteger de cualquier ataque. Pero no se debería tomar como una ofensa nacional el humor de un programa televisivo o el editorial de un periódico. Si el reglamento antidopaje en España no es riguroso, habrá que modificarlo para favorecer a los que juegan limpio.

Adrián Levy Pernudo

Periodista

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.