Economía

“Desde el cooperativismo del siglo XXI estamos potenciando humanidad”

 Enfoques cooperativos


Por José Yorg, el cooperario.
Bien podríamos realizar un vuelo rasante en algún avión espía a cara descubierta sobre Europa y comprobaríamos que la cosa está que arde, que arde de insatisfacción de miles de millones de ciudadanos comunes que deben soportar los desaciertos políticos (de algún modo elegante debemos llamarlo) de los gobiernos neoliberales.

Algo que los latinoamericanos conocemos muy bien en nuestros cueros curtidos, el eterno verso de la crisis económica, verso que trata de ocultar lo que es de toda evidencia: el capitalismo se agotó y lanza espuma maloliente, pretendiendo revivir.

Lo que se ve y sienten los europeos tiene que ver con el vaciamiento de puestos de trabajo, agravados por el incremento de los precios de los recursos necesarios para la vida: alimentos, gas, electricidad, y ni hablar de seguir pagando el alquiler o la cuota de una vivienda dado la baja en los sueldos en contraste total con la “ayuda dineraria” a los bancos rescatándolos y fortaleciéndolos con capitales extraídos de los que pagan sus impuestos.

Y por si todo fuera escaso, la represión a diestra y siniestra a quienes no acatan dócilmente y se atreven a protestar, es prodigiosa.

Asia, África, Europa, América y Oceanía en sus sufridos pueblos se equiparan.

El mundo, en especial, las personas necesitamos de humanidad. ¿Pero de dónde extraeremos esa humanidad? De la cooperación. Desde el cooperativismo del siglo XXI estamos potenciando humanidad ante la debacle de un modelo productivo bestial e irremisiblemente antihumano.

El cooperativismo del Siglo XXI es un cooperativismo despojado de su adormilamiento de años, producto de su asimilación al errado concepto del “fin de la historia”. Es un cooperativismo que ha vuelto a casa, a su origen, a su autentica fuente: modificar las estructuras económica-sociales del mundo por sus propios medios para construir mejores sociedades.

El cooperativismo del Siglo XXI que demanda el mundo es aquel cooperativismo transformador, aquel que surgió de las entrañas dolientes de la Revolución industrial y sus monstruosidades. Surgió para modificar desde los escombros de una civilización exhausta de tanta tragedia e infortunio.

Le cabe al cooperativismo brindar humanidad a las relaciones productivas para fundar sociedades donde el hombre y la mujer alcancen su dimensión humana, fraterna, solidaria y cooperativa y más vale que lo logremos, de otro modo. la naturaleza y la especie humana desaparecerán sin remedio, hundidos por las guerras del capitalismo rapaz.

¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.