Economía Sociopolítica

La crisis que rompe paradigmas

“También hay algo cierto: si Grecia, España y Portugal  tuvieran  los indicadores educativos bajos y estuvieran en África, la crisis seria causa de una matanza bestial”.

                 “¿Estamos condenados al infierno de las crisis infinitamente ciclica generada por los políticos, empresarios y dirigentes sindicales parásitos que reparten lo que no suyo o toman lo que no les pertenece?”

Cuando se trabaja en las universidades sobre el desarrollo de los países y de las familias se contesta sencillamente: La educación genera progreso, riqueza y desarrollo personal y social.  Y los estudiantes miraban a Europa y su estado de bienestar como un modelo.

Había una estadística motivante objeto de estudio entre los investigadores educativos: En Portugal  a partir de 2012 ya no se deben construir escuelas puesto que estaría llegando a un punto de equilibrio entre población escolar, edificios escolares,  formación docente  y crecimiento de población.  Y un edificio escolar europeo era el modelo de la pedagogía  transparente.  Y los chicos españoles salían graduados y con tasas de intereses bajas podían comprar su apartamento y su vehículo.

Y ahora se estudia la crisis europea por ser tan sorprendente e impresionante. Se observan y analizan los modelos de desarrollo por país, los modelos de bancas centrales, los modelos políticos, los modelos ideológicos, la industria europea, los modelos educativos y los estudiantes de posgrados comienzan a buscar respuestas entre esa maraña de variables, interpretaciones y posiciones.  Hay modelos de silogismos que buscan respuestas, interrogantes que circulan en el internet buscando una luz.  Suerte de discusiones y sólo se aprecia una desorientación generalizada.

España y Portugal tienen deudas superiores al 200 % en relación al PIB –superior a la Deuda Griega- pero con déficit menores  y  crecimientos superiores.  Cabe entonces explicarle al 20 % de jóvenes parados si pueden entender por qué su país se ha endeudado por arriba de su capacidad de pago,  arriba de su crecimiento y por qué ha puesto el destino de su país en manos de algunos personajes que regalan lo que no es suyo o se apropian de lo ajeno –y estamos hablando de solamente de políticos, sino también de empresarios y dirigentes que son parásitos sociales enquistados-. Y si esta resaca de hoy, ha dejado algo que valga la pena y si no hay guerras civiles ni millones de muertos en las esquinas ni italianos huyendo hacia Francia… Es dable considerar que al menos por el modelo educativo se han evitado males mayores y puede ser que logren tomar un camino, un cambio sin un cuchillo en la mano, tal vez algunos sólo van pidiendo un proceso kafkiano para los culpables.

Ahora tenemos en Europa o una destrucción del paradigma que con educación se supera el país o que aun con educación y capacitación, no se puede tener un futuro seguro si no cuidamos  en qué manos ponemos la administración de los países.

En general es vital evitar que esta generación sea una generación sacrificada, es importante explicarle a todos los estudiosos de los fenómenos económicos y sociales que si estos fenómenos fueran en países con bajos niveles educativos, las hambrunas y guerras borrarían países enteros del mapa.

Quizá los buenos dirigentes –honorables personas- sean llamadas para reconstruir naciones y personas, en algún lugar hay reservas morales –cada país debe tenerlas- para retomar la buena administración y se logre rescatar a esta generación que pareciera estar condenada al sacrificio.

Pero la alarma de emergencia es evitar que políticos –los mismos políticos u otros disfrazados de redentores- quieran presentarse como salvadores de algo que ellos mismos provocaron, y los ciudadanos en su desesperación los tomen a estos sujetos creyendo con ello salvar la situación.

La misma lección debe servir en otras latitudes: África, Asia y América Latina,  para aprender  “lo que no debe hacerse”.  Porque si nos ponemos a observar en el horizonte muchos países vienen desbocados en la misma dirección, y no sería extraño que los presagios de crisis económico vengan acompañadas de causas internas –muy profundas – de tensiones y guerras. Veamos a Centroamérica endeudándose escalonadamente, México en una guerra sangrienta por una causa que no es suya –donde pone el dinero y la sangre-, Venezuela regalando su recurso no renovable a cambio de simpatías políticas.  Y en otros continentes se ven los jinetes apocalípticos a la par del precipicio: los politólogos, los economistas y los futurólogos ven hacia el otro lado –no el lado equivocado- sino el lado interesante: Información y tecnología, en tanto los grandes tambores de las crisis retumban y hasta ahora se oyen sus retumbos.

Cabe preguntarse si culturalmente, se puede esperar ese cambio en las personas para retomar el cambio olvidando la fantasía que generan los políticos con sus ofertas electorales, ese rictus que generan estos sujetos haciendo olvidar temporalmente a sus oyentes que no hay almuerzo gratuito y que todo, absolutamente tiene un costo que cada persona, cada país debe pagar con intereses hoy o mañana.

Lo fabuloso de este cuento europeo es que tiene una cola gigantesca, -muy a lo Macondo-,  digamos cola norteamericana, asiática o latinoamericana.  Tiene ese ingrediente que todo buen cuentista sabe: el final imprevisto que todos vemos venir…

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.