Sociopolítica

Un caballo de Troya en el Líbano

¿A que le temen tanto?

El Papa Benedicto XVI debería reflexionar acerca del patriarca Bechara Al-Raei como representante de la Iglesia cristiana maronita en Líbano y aprovechar su próximo viaje a Beirut para evaluar si verdaderamente este hombre esta cumpliendo cabalmente su misión pastoral …

…o si juega el papel del caballo de Troya en las posiciones que ha escogido asumir en sus entrevistas, declaraciones y sermones; donde de forma camuflada, instiga a los libaneses maronitas a cometer “suicidio colectivo” aliadose con dictaduras, terroristas y mafias locales y regionales.

Ante esta situación, los cristianos libaneses deben discutir con el Papa las conductas de Al-Raei, el patriarca está apoyando sectores violentos favorables a Siria e Irán, todos ellos anti-cristianos, anti-libaneses y anti-democráticos que buscan envenenar a la nación maronita con retórica y discursos del mal. Al-Raei se ha alineado con grupos de oportunistas, terroristas y mercenarios que defienden los regímenes dictatoriales y al terrorismo local de Hezbollah, al tiempo que desarrollan una creciente conspiración a favor de ese eje del mal para devorar al Líbano y erigir un régimen radical en el país.

En realidad, independientemente de su estatus social, religioso o político, estas personas no son mas que oxidadas y resonantes trompetas de intereses a los que responden, nada más que oportunistas sin escrúpulos. Ante ello, los libaneses deben expresar sus convicciones patrióticas honrando la libanidad de forma pacífica y sabia, expresando sus propias creencias democráticas y honrando la libre opinión. Existe una obligación de actuar de manera honesta y responsable para fortalecer la democracia ante las consecuencias peligrosas y devastadoras de posturas descarriadas como la del Patriarca Al-Raei y ello debe ser expuesto con claridad antes que la situación fuera de control en Siria se traslade al Líbano.

En sus declaraciones Al-Raei muestra vacilaciones inadmisibles respecto de Hezbollah, lo mismo sobre la situación en Líbano y la vecina Siria, ha minimizado el destructivo y mortal arsenal del grupo terrorista en clara contraposición con la Pacto Nacional Libanés, con el Poder Judicial, el acuerdo de Taif, la Carta de los Derechos Humanos y las Resoluciones de la ONU relacionadas con la crisis siria, lo cual viene a demostrar el error del Vaticano en nombrar a ese hombre como sucesor del anterior Patriarca Butros Sfeir.

El último gran desorden mental mostrado por Al-Raei fue aprobar la actitud hostil de Hezbollah contra el Tribunal Especial para Líbano (TEL). Al tiempo que regionalmente esta apoyando el terrorismo de Estado que ejerce el dictador sirio Bachar Al-Assad, que hasta el momento se ha saldado con un estimado de 19.000 muertos. Al-Raei parece no conocer esta realidad y vergonzosamente ha alegando la falsedad de esa dictadura “en cuanto a que protege a los cristianos en Siria”. El Patriarca olvida las masacres que el régimen sirio ejecuto sobre libaneses cristianos y musulmanes desde 1977 a la actualidad.

Es cierto que discusiones o debates con este tipo de personas son una completa pérdida de tiempo que nos hace perder el horizonte de la causa principal. No tenemos que responder sus bajezas porque sabemos muy bien quiénes son ellos y quienes sus amos cuando exponen sus posiciones y sus fines malvados. Estos individuos pueden decir lo que quieran, distorsionar la verdad, ignorar la realidad, llorar o gritar si lo desean. Por nuestra parte, tenemos que tener confianza y decir honestamente lo que tenemos que decir sin ningún temor, vacilación o vergüenza. No debemos olvidarnos de ser nosotros mismos, de nuestros orígenes y de quienes realmente somos, de nuestra causa y que estamos del lado correcto, del lado de la verdad, la honestidad y la transparencia. No debemos machacar en abogar por los derechos humanos, la libertad y la paz porque desde hace 6 mil años y hasta abril de 1975 el mensaje del Líbano ha sido de paz, convivencia, libertad y aceptación de los demás.

Pero aquellos que son reacios y pretenden desconocer la historia del Líbano, los que han escogido las espinas, los que han incendiado ríos, tierra y montañas, los que tergiversan la verdad histórica actuando con vergonzosa cobardía, como marionetas de intereses foráneos, sin posiciones honorables y con miedo a permanecer erguidos como los cedros del Líbano, como lo hace Al-Raei y muchos mas, hay que decirles lo que pensamos sobre sus posiciones a favor del mal y no esta demás recordarles lo que Jesús dijo a sus discípulos: ¿Por qué están tan asustados? ¡Qué poca fe tenéis! (Mateo 08/26)
El verdadero desafío para los libaneses maronitas amantes de la paz y la democracia, como para todo el mosaico libanés con deseos de libertad y para las comunidades libanesas de la diáspora, reside en mostrar y anular a todos los Al-Raei y exponer su verdadero rostro junto a sus cobardes esfuerzos en favor de aquellos que desean fagocitarse al país para convertirlo en un califato donde impere la sharia. La cuestión principal para todos los cristianos es preservar el mensaje de paz y libertad del Líbano. No se debe permitir que la descarriada conducta de Al-Raei arrastre la iglesia maronita a convertirse en un mero títere y un satélite que gire sobre el eje de la órbita del mal sin una oposición dura y fiel que honre la historia de los cristianos en Líbano. Se debe adoptar una postura firme contra él, no se puede actuar como corderos y caminar silenciosamente al matadero.

Hasta donde se observa, la realidad indica que no hay más que dos opciones claras y definidas para los cristianos libaneses: marchar al matadero o ir en búsqueda de un Líbano libre, democrático y moderno. Personalmente hace muchos años escogí la segunda.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.